Internacional

El Vaticano se mete en la campaña política brasileña

El éxodo de electores por las posiciones de los candidatos agita el clima electoral y señala a la candidata oficialista

BRASILIA, BRASIL (29/OCT/2010).- Una declaración del Papa diciéndoles a los obispos brasileños que tienen el deber de expresarse contra el aborto devolvió el polémico tema religioso a la campaña presidencial de Brasil, a tres días de la elección que definirá al sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva.

Aunque reconoció que la tarea de trabajar por un “orden social justo” compete a los fieles laicos, Benedicto XVI afirmó tajantemente que los sacerdotes tienen el “deber de emitir un juicio moral, incluso en política” y condenó los proyectos políticos “que contemplan abiertamente o de forma oculta la despenalización del aborto”, en el Vaticano, cuando recibía a obispos brasileños.

“Por tanto, queridos hermanos en el episcopado, al defender la vida no debemos temer la oposición y la impopularidad, recusando cualquier compromiso y ambigüedad que nos conformen con la mentalidad de este mundo”.

Con estas palabras Joseph Ratzinger se refirió (sin citarla) a la polémica en torno a la candidata oficialista Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cuyo entorno ha acusado a los obispos de montar una campaña de desprestigio en su contra por su apoyo al aborto.

La declaración del Papa sustenta la posición de los obispos de Brasil que la semana pasada declararon que los sacerdotes tienen el derecho y “hasta el deber de orientar a los fieles de sus diócesis según su conciencia” y siempre contra la despenalización del aborto.

Tres obispos pidieron abiertamente a los fieles brasileños que no voten por la oficialista Dilma Rousseff, a quien consideraron la candidata de “la muerte”.

En el país con mayor número de católicos del mundo, la elección brasileña ha estado inmersa en una guerra cruzada de acusaciones sobre religión y aborto, y en la primera ronda electoral a inicio de mes la candidata oficialista sufrió un éxodo de electores religiosos e iglesias que la vetaron por haber defendido la despenalización del aborto en una entrevista hace varios años.

Poco afectado por la polémica, el candidato socialdemócrata José Serra defendió las palabras del Papa. “Es un líder espiritual mundial de la Iglesia Católica y tiene pleno derecho de emitir sus directrices y orientaciones a los católicos del mundo”, especialmente en la “defensa de la vida”,  dijo Serra mientras hacía campaña en el Centro-Este del país.

En Brasilia, Rousseff aprovechó para repetir, como lo hizo hace dos semanas en una carta a las Iglesias, que se opone a despenalizar el aborto. “Es la posición del Papa y tiene que ser respetada”, dijo, y añadió ser contraria al aborto. “Pero sé que cada dos días muere una mujer en esa circunstancia y no creo que alguien recomiende que se encarcele a esas miles de mujeres que practicaron abortos ilegalmente”.

Dilema del voto entre fieles


Tras la primera vuelta electoral del 3 de octubre, la religión se catapultó al centro de la campaña electoral brasileña, cuando católicos y evangélicos forzaron a los dos candidatos a la Presidencia a declararse contra el aborto y la unión entre homosexuales, para asegurarse sus votos cruciales en la segunda vuelta del domingo.

Brasil contaba con 155 millones de católicos (84.5% de su población) en 2007, según dio a conocer el Vaticano, días antes de la visita del Papa Benedicto XVI al país, sede de la V Conferencia General de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y Caribe, en Aparecida.

Sin embargo, para el prestigioso World Christian Database (WCB), un instituto especializado en analizar las estadísticas religiosas, los números disienten pues señala que eran 130 millones de católicos brasileños. Aunado a esto, se estima que Brasil era católico en 90% hace tres décadas, pero ahora investigaciones revelan que la cifra se ha reducido a 64% de los 198 millones de habitantes, actualmente.

Tal caída en el número de fieles fue una de las causas de la visita papal en 2007. Y en la batalla para recuperar fieles, en 2010, los obispos entraron en la agenda política con recomendaciones para votar por candidatos “comprometidos con el respeto incondicional a la vida”, algo que amenaza el proyecto del Partido del Trabajo, al que los sondeos dan como triunfador.
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