Internacional
EU no ve nada nuevo en la oferta de diálogo de Norcorea
Continúan esperando que se incluya un compromiso por la desnuclearización
"¿Es esto diferente de otras ocasiones? No. No hemos visto pruebas de ello. Y eso es lo que estamos esperando", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, en conferencia de prensa.
Corea del Norte invitó el domingo a Estados Unidos a establecer conversaciones de alto nivel "para rebajar las tensiones en la península coreana", pero advirtió de que el Gobierno estadounidense "no debería hablar de condiciones previas" para los contactos.
La Casa Blanca reiteró poco después su postura de que no se sentará a la mesa de diálogo hasta que el régimen muestre con acciones concretas la voluntad sincera de abandonar su programa de armas nucleares, instancia apoyada por Corea del Sur y Japón.
"La comunidad internacional ha sido muy consistente y clara al señalar que Corea del Norte debe acabar de forma verificable con su programa nuclear", señaló hoy Psaki.
"Y para llegar a ese objetivo de desnuclearización, Corea del Norte debe entrar en negociaciones auténticas y creíbles que produzcan acciones concretas de desnuclearización", agregó.
La portavoz dijo no tener conocimiento de que Estados Unidos haya remitido una respuesta formal a Corea del Norte sobre la oferta.
Psaki predijo que la oferta será "un asunto muy importante" en la reunión trilateral que mantendrá este miércoles en Washington el representante especial de Estados Unidos para asuntos de Corea del Norte, Glyn Davies, con representantes de Corea del Sur y Japón.
Recordó que Estados Unidos "siempre ha dicho que estaría abierto a negociaciones" con el gobierno norcoreano "en coordinación" con sus aliados en las conversaciones a seis bandas, un proceso multilateral estancado desde 2009 que implica a las dos Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Japón.
"Pero antes, tienen que dar esos pasos" hacia la desnuclearización, subrayó.
El intento de acercamiento de Corea del Norte a Estados Unidos contrasta con la dura campaña de amenazas bélicas dirigidas contra Estados Unidos, Corea del Sur y Japón que el régimen llevó a cabo en marzo y abril.
La oferta es la primera desde las frustradas negociaciones bilaterales de febrero de 2012, en las que ambos países acordaron una moratoria norcoreana en lo que respecta a sus programas atómicos y de misiles a cambio de ayuda alimentaria estadounidense.
Ese acuerdo se vio frustrado semanas después, cuando Pyongyang anunció el lanzamiento de un cohete.
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