Duterte podría hablar con Obama sobre derechos humanos
El mandatario sostiene que sus polémicas medidas son necesarias porque la drogadicción supone la mayor plaga que sufre Filipinas
MANILA, FILIPINAS (31/AGO/2016).- El presidente filipino, Rodrigo Duterte, se mostró hoy dispuesto a hablar con su homólogo estadounidense, Barack Obama, sobre derechos humanos tras la campaña que ha lanzado contra la droga, en la que han muerto más de mil 900 personas, según fuentes policiales.
Obama "puede hablar conmigo de cualquier asunto" pero "primero tiene que entender el problema antes de hablar sobre los derechos humanos", respondió Duterte a preguntas de la prensa en Manila, según el medio local GMA.
"Insistiré en que me escuche, le expondré el problema, y entonces, después, podremos hablar", añadió el mandatario que ganó las elecciones presidenciales del 9 de mayo con la promesa de acabar con el problema de la droga en sus primeros seis meses de mandato.
El jefe de Estado filipino sostiene que su campaña contra la droga -con al menos cientos de ejecuciones extrajuciales- es necesaria porque la drogadicción supone, en su opinión, la mayor plaga que sufre Filipinas y afecta a 3.6 millones de personas.
El Jefe de la Policía filipina, Ronald de la Rosa, declaró el pasado 23 de agosto ante una comisión de investigación del Senado que 756 de las muertes se produjeron en operaciones policiales, debido a la resistencia de las víctimas a ser detenidas.
De la Rosa atribuyó la autoría del resto de muertes a "grupos de vigilantes", a los que no identificó.
La Casa Blanca anunció el lunes la intención de Obama de reunirse con Duterte el 6 de septiembre próximo y hablar sobre derechos humanos, en el marco de la cumbre que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrará en Laos hasta el día 8.
En julio, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajó a Filipinas en una visita oficial de un día en la que abordó brevemente la necesidad de respetar los derechos humanos.
Washington es un aliado primordial de Filipinas, pero eso no ha impedido que Duterte en agosto llamase "gay" e "hijo de puta" al embajador de EU en Manila, Philip Goldberg, por unas críticas que el diplomático hizo contra él durante la pasada campaña electoral.
No es la primera vez que la espontaneidad le mete a Duterte en problemas; durante esa misma campaña contó un chiste sobre una monja violada y asesinada en un motín en una prisión, y en otra ocasión advirtió que "el que seas periodista no impedirá que te maten si eres un hijo de puta".
La ONU también ha criticado en varias ocasiones en los últimos meses la campaña contra la droga en Filipinas por el elevado número de víctimas que ha causado.