Internacional

Disturbios y toque de queda en la frontera con Nicaragua

Después de la declaración del toque de queda, la policía dispersó a un grupo de seguidores de Zelaya que manifestaban en el puesto fronterizo El Paraíso

EL PARAISO, HONDURAS.- El gobierno de facto impuso el viernes a mediodía un toque de queda de 18 horas en las fronteras con Nicaragua y El Salvador y fortificó con soldados las carreteras que conducen a esos países ante el eventual retorno del presidente derrocado Manuel Zelaya.

Minutos después de estar vigente la restricción, la policía dispersó a un grupo de seguidores de Zelaya que manifestaban en el puesto fronterizo El Paraíso.

Daniel Molina, portavoz de la policía, indicó que ``se han lanzado gases, pero no tengo más información de heridos o lastimados... es algo que está ocurriendo en este momento''.

Según testimonios difundidos por radio Globo desde el lugar, hubo disparos de fusil por parte de la policía y heridos entre los manifestantes.

El toque de queda para el resto del país es de medianoche a las cuatro y media de la mañana.

Zelaya, quien se encuentra en un poblado nicaragüense camino a la frontera, pidió el viernes a los soldados que ignoren la orden de arresto en su contra y bajar sus armas cuando lo vean. Hizo caso omiso a las advertencias de la comunidad internacional de no ir porque podría provocar violencia.

Zelaya llamó a sus simpatizantes a caminar a través de los bloqueos militares en el nombre de la democracia.

Simpatizantes del presidente depuesto enfilaron el viernes desde Tegucigalpa hacia la frontera a bordo de automóviles y buses.

Algunos se abrieron paso a pie después de que los choferes de autobuses rehusaron continuar. En otros casos, los soldados bloquearon a los autobuses. Cientos de tropas estaban formadas en las encrucijadas.

Soldados estaban apostados en docenas de barricadas improvisadas con ramas y tierra a lo largo de las carreteras que conducen a la frontera.

"Los chequeos son los normales como hacemos en Semana Santa para evitar la portación de armas y actos de violencia'', dijo en conferencia de prensa el director de la policía Salomón Escoto.

"Quisiera hacer un llamado al pueblo hondureño que no se rindan ante la represión porque estaríamos sacrificando nuestro futuro, entregarle el futuro de nuestros hijos a una junta golpista seria fatídica...'', dijo Zelaya en una conferencia de prensa en Yalagüina una localidad ubicada a 43 kilómetros de la frontera de Las Manos, a donde pretende ir.

Zelaya decidió intentar su retorno a Honduras después de que fracasó la mediación del presidente de Costa Rica Oscar Arias para restituirlo.

El gobierno de facto envió la propuesta de Arias a los demás poderes del estado para su consideración. El congreso hondureño convocó a una sesión el lunes para evaluar la propuesta.

El derrocado presidente ofreció ``seguir actuando en la vía diplomática'', aunque señaló que la diplomacia tiene sus límites.

Los militares hondureños dicen que no se hacen responsables de la seguridad de Zelaya si regresa, respondiendo a las advertencias del presidente defenestrado en las que responsabilizó al comandante militar, general Romeo Vásquez, de cualquier atentado contra su vida.

El ministro de Defensa Adolfo Sevilla insinuó el jueves que Zelaya podría simular un intento de asesinato contra sí mismo para inculpar a Vásquez y el viernes dio a conocer presuntos ``informes de contrainteligencia'' según los cuales, el presidente de Venezuela Hugo ``Chávez prefiere muerto a Zelaya para convertirlo en mártir de su revolución del siglo XXI, pero nosotros lo queremos vivo''.

Todos los gobiernos del hemisferio occidental han condenado el golpe y exigen la restitución de Zelaya en el poder.

El gobierno de Washington amenazó con endurecer las sanciones contra Honduras si Zelaya no es reinstalado, pero no avala la pretensión del líder derrocado de volver por su cuenta.

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos José Miguel Insulza dijo que espera todavía una respuesta oficial de las partes sobre la última propuesta que presentó el presidente costarricense en calidad de mediador, que estipula acciones para revertir el golpe y el acompañamiento internacional para que Honduras celebre comicios anticipados en octubre.
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