Dirigentes de todo el mundo despiden a Shimon Peres
Mahmud Abas, presidente de la Autoridad Palestina, estuvo en los funerales
JERUSALÉN, ISRAEL (30/SEP/2016).- Decenas de dirigentes del mundo entero estaban reunidos en Jerusalén bajo la máxima protección policial para rendir este viernes el último homenaje al expresidente de Israel, Shimon Peres, fallecido el miércoles a los 93 años.
Al inicio de la ceremonia, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, saludó a Peres como "un gran hombre" para Israel y el mundo, frente a Obama, Abas, y numerosos jefes de Estado sentados en la primera fila.
El presidente estadounidense Barack Obama, el francés François Hollande o la alemana Angela Merkel, el príncipe Carlos, el rey de España pero también el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, asisten a las exequias.
El funeral de Peres, saludado como un visionario e incansable apóstol de la paz, comenzó con el traslado del féretro cubierto con la bandera del Estado de Israel hasta una tribuna, a dos pasos del cementerio nacional del monte Herzl en donde será enterrado.
Afecto y admiración
Un centenar de delegaciones de 70 países, de Europa, América, Africa y Asia estaban anunciadas.
Esta afluencia refleja el inmenso respeto que se ganó Peres en 70 años de carrera ocupando todos los cargos: primer ministro, ministro de Defensa, canciller, presidente.
Entre las 09H30 (06H30 GMT) y 12H30, entre las oraciones, los ritos funerarios judíos y una canción interpretada por el contratenor David D'Or, que Peres había pedido en sus últimas voluntades, los tres hijos del finado, el escritor Amos Oz, el máximos dirigentes israelíes, el presidente Obama y su predecesor Bill Clinton expresarán su afecto y admiración.
Peres, fallecido el miércoles a los 93 años después de sufrir un derrame cerebral, era el único sobreviviente de los tres premiados con el Nobel de la Paz 1994 por su implicación en el primer acuerdo de Oslo. El acuerdo sentaba las bases de una autonomía palestina y ofrecía una esperanza hoy en día muy lejana de cara a una solución del conflicto israelo-palestino.
A pesar de Oslo y de la conversión a la paz de este antiguo halcón, los palestinos tienen una imagen más negra del que fue instigador de la colonización judía y hombre de la guerra y la ocupación.
Estrechón de manos de Abas y Netanyahu
No se sabía si Abas asistiría a los funerales. Fue necesario el fallecimiento del que había negociado los acuerdos de Oslo para que Abas efectúe su primera aparición pública en Jerusalén en años, lo que lo expoone a las críticas de los palestinos.
En medio del concierto de alabanzas internacionales, los gobernantes de los países árabes, donde las opiniones son mayoritariamente solidarias con los palestinos, han guardado silencio.
Egipto, uno de los dos países árabes que firmó la paz con Israel, confirmó la presencia de su ministro de Relaciones Exteriores, Sameh Shukry, que será junto con el presidente palestino el representante árabe de mayor rango.
Al llegar, Abas estrechó la mano de Netanyahu, con quien discutió brevemente. Los dos dirigentes no se reúnen desde 2010.
La policía, en máxima alerta
Para los israelíes, Peres era más bien el último sobreviviente de la generación de los padres fundadores del Estado de Israel. Se había convertido en su país en una personalidad ampliamente consensual, considerado un sabio de la nación.
Esta concentración de peronalidades en Jerusalén obligó a la policía israelí a montar una operación de seguridad sin precedentes.
Ocho mil policías están movilizados. La seguridad interior encargada de la protección de las personalidades dijo que ha desplegado a cientos de agentes.
Israel no ha vivido un acontecimiento semejante por lo menos desde los funerales en 1995 de Yitzhak Rabin, recompensado junto con Shimon Peres y el líder palestino Yaser Arafat con el premio Nobel de la Paz en 1994.
El monte Herzl, donde reposan los "grandes de la Nación", y gran parte de Jerusalén estarán cortados del resto del mundo media jornada, antes de que Israel entre en el shabbat, ritual descanso semanal.
Los funerales coinciden con el principio de las vacaciones de las grandes fiestas judías, lo que hace temer a las autoridades israelíes un brote de violencia palestina.