Internacional
Copenhague se queda lejos de las metas esperadas
La combre de la ONU fue un tibio intento contra el calentamiento global, por lo que la cita de México 2010 no es garantía de éxito
Después de dos semanas de discusiones enconadas y una maratón final de 31 horas de negociaciones, que sacaron a la luz las profundas diferencias entre países pobres y ricos, la casi totalidad de las 193 naciones en la conferencia de la ONU aceptaron un acuerdo presentado por Estados Unidos que apunta a mayores recortes de las emisiones de los países ricos, pero no impone límites vinculantes.
Las promesas más concretas son las financieras: el texto prevé una ayuda inmediata de 30 mil millones de dólares en un periodo de tres años (2010-2012) para los países en desarrollo y una meta progresiva de 100 mil millones anuales a alcanzar en 2020, procedentes de fondos públicos y privados, bilaterales y multilaterales.
“Finalmente sellamos un acuerdo”, expresó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. “El ‘Acuerdo de Copenhague’ puede no ser todo lo que todos habían esperado, pero esta decisión (...) es un comienzo importante”, argumentó.
Aún queda un largo camino por delante. El acuerdo --más débil que un tratado legalmente vinculante e incluso que un pacto “político” que muchos habían previsto-- dejó muchos temas abiertos.
En noviembre de 2010, México será anfitrión de otra ronda de negociaciones sobre el cambio climático. Los pláticas esperan poder llegar a un nuevo tratado para reemplazar el Protocolo de Kyoto, lo que no se logró en Copenhague. Pero no hay garantías de éxito.
Sin acuerdo vinculante
Tras los maratónicos diálogos entre 193 naciones a lo largo de varios días, la ONU sólo “tomó nota” del nuevo acuerdo, un pacto no vinculante para luchar contra el calentamiento global negociado por Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica.
La Unión Europea, que ya ha establecido ambiciosas metas de recorte de emisiones y alentado a otros a hacerlo, sólo aceptó renuentemente el débil acuerdo al que finalmente se llegó.
El grupo de Los Verdes del Parlamento Europeo califica el Acuerdo de Copenhague de “fracaso lamentable”, y responsabiliza de éste a China y a Estados Unidos, así como a la Unión Europea por no haber aumentado sus objetivos de reducción de emisiones.
Un avance en las negociaciones se produjo después de que el presidente estadounidense Barack Obama negoció un acuerdo final con el primer ministro chino Wen Jiabao y con líderes de India, Sudáfrica y Brasil de que todos cumplirían con sus compromisos de frenar el aumento en la emisión de gases de invernadero.
En una tormentosa sesión durante la noche, los diálogos llegaron al borde del colapso después de que Sudán, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Bolivia se unieron para denunciar el plan liderado por Estados Unidos tras el retiro de cerca de 120 líderes mundiales al terminar la cumbre el viernes.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, reafirmó que los países de la Alianza Bolivariana para las Américas ( ALBA) no reconocen el Acuerdo de Copenhague porque fue elaborado a última hora por un grupo de países, y salió “de la nada”.
El PVEM, insatisfecho
La bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la Cámara de Diputados, informó que la Cumbre de Copenhague fue una “carta de buenas intenciones”, pues no hubo acuerdos vinculantes para fijar metas viables para el cuidado del medio ambiente.
Calderón regresó optimista
El Presidente de México, Felipe Calderón, a su llegada al país, señaló que “los avances logrados deben servir como base para un acuerdo futuro, que nos permitirá alcanzar las metas de reducción de emisiones que son necesarias para la viabilidad del planeta”.
Ricos rechazan plan para proteger selvas tropicales
Un plan para proteger las selvas tropicales del mundo pagando a las naciones pobres con tal fin fue eliminado al no incluirlo los gobernantes mundiales en un acuerdo vinculante, a fin de reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero.
Se atribuye a la quema de bosques con fines agrícolas o crear pastizales para el ganado, así como la extracción de madera 20% de las emisiones mundiales. Ello representa tanto dióxido de carbono como el emitido por todos los automóviles, camiones, trenes y barcos del mundo.
Unos 13 millones de hectáreas (32 millones de acres) de selva son destruidos anualmente -- una extensión parecida al tamaño de Inglaterra--, y las emisiones generadas son comparables a las de China y Estados Unidos, según la publicación Eliasch Review.
La deforestación con fines madereros, creación de pastizales para el ganado y siembra de cosechas hicieron de Indonesia y Brasil la tercera y cuarta nación del mundo que crean más emisiones de carbono.
“No lograr un tratado significa que la destrucción de las selvas continuará ininterrumpida, los derechos de las personas que dependen de los bosques no serán protegidos y las especies en peligro de extinción seguirán ese camino”, dijo Stephen Leonard, del Proyecto Australiano Orangután.
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