Internacional
Congelar fondos perjudica al pueblo, no a Gadhafi, dicen rebeldes
La medida internacional contra el dictador libio tiene leve efecto; los rebeldes carecen de armamento, en vísperas del Ramadán
Libia es a día de hoy un país dividido –“la integridad territorial de Libia está amenazada”, sostiene el primer ministro— con tres frentes de guerra: en el Este, en el enclave petrolero de Brega; en la ciudad de Misrata, y en la región montañosa al sur de Trípoli. Los rebeldes carecen de armamento y munición, especialmente en el Oeste, y no es previsible que el régimen se desplome a muy corto plazo, cuando el duro Ramadán de este año (muchísimas horas de luz, sin comer ni beber) está a la vuelta de la esquina.
“El tejido social está destrozado y tenemos necesidades imperiosas. Hay oficialmente 450 mil libios viviendo en Túnez, aunque creemos que son más porque muchos no se registraron ante las autoridades tunecinas. Ahora llega el Ramadán y no sé cómo vamos a manejarlo si no se descongelan esos fondos hoy, no mañana; los colegios abren en septiembre... No tiene sentido que la comunidad internacional proteja a los civiles de las bombas y al mismo tiempo permita que la gente se muera de hambre. Nos protegen con una mano y nos matan con la otra”.
— ¿Y qué dicen los dirigentes de los países occidentales al respecto?
— Que hay restricciones legales. Pero nosotros no las impusimos. Ahora pedimos créditos con la garantía de esos fondos congelados. O proponemos la lista de bienes y equipos que necesitamos para que los traigan con esos recursos como respaldo. Es inhumano dejar que el pueblo libio sufra así.
Todavía no producimos ni exportamos petróleo. No podremos hacerlo hasta que podamos proteger todas las instalaciones. Y añade: “Todo el mundo habla del posgadhafismo, como si el régimen ya hubiera caído, pero para nosotros lo más importante no es el día después, sino el día antes”.
Esa incapacidad para responder a las necesidades inaplazables de la población (alimentos y medicinas) es, a juicio de Jibril, un riesgo enorme para la época posterior a Gadhafi.
El País
FRASE
"Es una preocupación legítima de los gobiernos extranjeros, y también para nosotros. Cuando se vaya Gadhafi, los libios se unirán. No hay institucionalización "
Mahmud Jibril,
jefe del Gobierno rebelde de Libia.
Bengasi
Piden a empresas españolas retornar para sanear el país
MADRID.- “Somos conscientes de que no basta con reconocer al Consejo Nacional de Transición (CNT) como representante legítimo del pueblo libio. Hay que prestarle ayuda financiera urgente y estamos estudiando todas las posibilidades”. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, no quiso ir más allá, pero dejó abierta la puerta al desbloqueo de los fondos de Muamar Gadhafi congelados en España o a la concesión de créditos que utilicen los mismos como avales.
El jefe del Gobierno de los rebeldes de Libia, Mahmud Jibril, dejó claro que le es indiferente la fórmula, pero quiere acceder cuanto antes a esos fondos, cuya cuantía no quiso revelar para no incomodar a sus anfitriones. Más sorprendente fue que la propia ministra alegara ignorar su cuantía.
Fuentes de la delegación libia la cifran en “miles de millones de dólares”, mientras en la delegación española se habla de “cientos de millones de euros”. La divergencia puede deberse a que el CNT contabiliza también los bienes a nombres de testaferros, las propiedades inmobiliarias y los pagos que la petrolera Repsol deposita en una entidad financiera en cumplimiento de sus obligaciones contractuales con Libia y que incrementan regularmente el montante congelado.
Jibril invitó a Repsol y a las constructoras españolas que operaban en Libia antes de la guerra a que regresen de inmediato e inviertan los fondos congelados en reconstruir el país; lo que difícilmente harán sin garantías de que no se enfrentarán a futuras reclamaciones.
Para animarlas, Jibril subrayó que se respetarán los contratos firmados por el régimen de Gadhafi con firmas extranjeras, siempre que no vayan “en contra de los intereses del pueblo libio”.
El País
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