Internacional
Confirman la autenticidad de los restos de Nicolás II
Nuevos estudios científicos reafirmaron que los cráneos localizados en Yekaterimburgo pertenecen a quien fuera el último emperador ruso y a su mujer, Alejandra
"Las investigaciones nuevamente muestran la autenticidad de los restos hallados en Yekaterimburgo (ciudad en los Urales donde los zares rusos y sus cinco hijos fueron asesinados por los bolcheviques en julio de 1918)", dijo Markin, citado por la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
El portavoz adelantó que los análisis genéticos han establecido que coinciden segmentos de ADN de las mitocondrias de los restos analizados con los descendientes de la reina Victoria de Inglaterra, que era abuela de la emperatriz Alejandra.
Subrayó, no obstante, que los expertos ofrecerán su conclusiones definitivas sobre los cráneos encontrados en Yekaterimburgo, una vez que realicen una serie de análisis genéticos.
Según Markin, los científicos realizarán, además, estudios comparativos con muestras de sangre obtenidas de la ropa de Alejandro II, abuelo de Nicolás II, quien murió en marzo 1881 en un atentado con bomba.
El CIR, que había cerrado el caso del asesinato de Nicolás II y su familia en 2011, decidió reabrirlo en agosto pasado para realizar nuevas pesquisas sobre la autenticidad de los restos, como exigen los descendientes y la Iglesia ortodoxa rusa.
Para ello, los restos de la familia imperial, incluido el zar, que había sido enterrado con todos los honores en 1998 en San Petersburgo, fueron exhumados.
La reapertura del caso se precipitó ante la decisión de enterrar en San Petersburgo al heredero del último emperador ruso, el zarevich Alexéi, y su hermana, la Gran Princesa María, cuyos restos fueron encontrados en 2007 cerca de Yekaterimburgo.
Tanto los descendientes como la Iglesia ortodoxa ponen en duda la autenticidad de los restos.
El Archivo Estatal, donde se encuentran ahora los restos del heredero de Nicolás II y su hermana, también subrayó que los restos hallados pertenecen a la familia imperial, pero explicó que "por respeto a la Iglesia" se optó por repetir los análisis genéticos.
Los restos atribuidos al zar, su esposa y tres de los hijos fueron exhumados en 1991 y sepultados en la Catedral de San Pedro y San Pablo en 1998, en presencia del entonces presidente ruso, Borís Yeltsin.
Tras el cierre del caso, expertos rusos encontraron en 2007 en un bosque cerca de Yekaterimburgo otros restos óseos que pruebas genéticas realizadas en EU confirmaron que pertenecían a Alexéi y María, lo que obligó a reabrir de nuevo la investigación.
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