Internacional

Cierran campañas en Italia sin que haya un claro favorito

Los candidatos a primer ministro llamaron a 47 millones de los registrados al padrón

ROMA, ITALIA (24/FEB/2013).- Italia puso fin a la campaña para las elecciones generales que se celebran con inquietud ante el incierto escenario que puede surgir tras ellas, el de un Gobierno sin una mayoría estable en el Senado y la irrupción en tromba de la antipolítica del cómico Beppe Grillo.

Antes del inicio del llamado “silencio electoral”, los principales candidatos aprovecharon para llamar a las urnas a los más de 47 millones de electores que aún no han votado (más de 3.5 millones residentes en el extranjero ya sufragaron), sobre todo a 30% de indecisos que se calcula que hay.

Gran parte de la atención se centró en Grillo, convertido en el principal enemigo a batir por los políticos y el primer ministro dimisionario, Mario Monti, ante los sondeos que, según el diario ''Corriere della Sera'', manejan los candidatos y que dejan al cómico, líder del Movimiento 5 Estrellas, como el segundo favorito.

Como hiciera en el multitudinario mitin de la plaza del Duomo de Milán el martes, Grillo consiguió abarrotar la céntrica plaza romana de San Juan de Letrán (con capacidad para unas 70 mil personas), en el último acto de una campaña que ha basado en mítines callejeros y redes sociales.

El principal favorito en los comicios, el líder del centroizquierda Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, elegido mediante primarias en diciembre, cerró la campaña en el Teatro Ambra Jovinelli de Roma, donde contó con el apoyo del cineasta Nanni Moretti y en el que insistió en el carácter popular, que no populista, de su candidatura, en defensa de los trabajadores.

Por su parte, el ex primer ministro Silvio Berlusconi canceló a última hora su asistencia al mitin de su partido en Nápoles por una “fuerte conjuntivitis”, aunque envió un vídeo en el que insistió en los vínculos de la izquierda con el comunismo, la ideología más “cruel e inhumana”, y concluyó mandando un abrazo a los hombres y un “doble abrazo” a las mujeres.

Desde el Teatro de la Pérgola de Florencia, Monti pidió no volver al riesgo de acabar como Grecia que amenazaba a Italia en noviembre de 2011, cuando la dimisión de Berlusconi propició la llegada del Gobierno tecnócrata, y así apeló a un voto responsable.

Italia cierra esta campaña electoral además con el temor por parte de los partidos políticos tradicionales a un elevado nivel de abstención, que puede acrecentarse por el mal tiempo previsto y añadirse a una movilización masiva a favor de Beppe Grillo.                                                         

ANÁLISIS

Italia, entre populistas y tecnócratas

Enrique Toussaint (periodista)


Más de 40 millones de votantes italianos tienen que elegir entre un comediante populista, un empresario conservador, un tecnócrata europeo o un líder progresista sin carisma. Italia está en crisis y el panorama económico no admite improvisaciones. La prima de riesgo está sostenida con alfileres, la deuda pública alcanza 120% del PIB y el desempleo coquetea con la simbólica línea de 10 por ciento.

Previo a la jornada electoral, las encuestas generaron tendencias de acuerdos para formar Gobierno.

El tecnócrata Mario Monti, ex primer ministro, ve como su capital electoral lo coloca muy lejos de pelear la posibilidad de presentarse ante Giorgio Napolitano con la fuerza necesaria para ofrecerle una coalición de Gobierno. Y el izquierdista Partido Democrático (PD), aunque sigue siendo el favorito para llevarse la victoria electoral, su intención de voto supera escasamente 35 por ciento. Así, en caso de que el PD obtenga la mayoría de los votos, tendrá que buscar a algún aliado y Monti aparece como el natural. Una coalición de centro que profundice las reformas impulsadas por Monti, es el anhelo de los mercados que identifican en Silvio Berlusconi y en Beppe Grillo, a dos candidatos poco comprometidos con la delicada situación de la economía italiana.

Históricamente, los italianos se han dejado seducir por líderes políticos como Berlusconi. Hombres fuertes con vidas turbulentas y ningún apego por la institucionalidad. Sin embargo, el ascenso de Grillo responde a una realidad más preocupante: el resquebrajamiento del sistema de partidos italiano. Las reformas económicas han desprestigiado a la clase política italiana, lo que podría provocar una crisis institucional tan profunda como la griega. Cuarenta y dos por ciento de los italianos cree que sus decisiones políticas no son tomadas por sus gobernantes, sino por los mercados. Eso explica que por estas horas Berlusconi represente una intención de voto de 29% y Grillo de 16 por ciento.

Hoy Italia se juega mucho de su futuro. Una coalición entre el candidato democrático Pier Luigi Bersani y el centrista Mario Monti, supondría mucho crédito para Italia en los mercados internacionales y en el seno de la Unión Europea. Por el contrario, la remota posibilidad de que Grillo y Berlusconi planteen un proyecto nacional basado en la satanización del papel de Alemania y de las instituciones europeas en Bruselas, representa institucionalizar la inestabilidad por los siguientes cuatro años.
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