Internacional

China dice controlar el Tíbet e incrementa la presión sobre manifestantes

Sumándose a otras voces importantes de la comunidad internacional, Pelosi dijo que no pedía el boicoteo de los Juegos Olímpicos de Pekín

PEKIN.- Una semana después de los disturbios de Lhasa,  China dijo este viernes que controlaba la situación en Tíbet y en las regiones  vecinas afectadas por las protestas, lo que hace temer a las organizaciones de  defensa de derechos humanos que se hayan producido arrestos masivos.
En Dharamsala, la capital del exilio tibetano en el norte de India, la  líder de la Cámara de los Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, visitó  al líder espiritual Dalai Lama y reclamó una investigación internacional sobre  los hechos, mientras París y Berlín reclamaban transparencia a Pekín.
Sumándose a otras voces importantes de la comunidad internacional, Pelosi  dijo que no pedía "el boicoteo de los Juegos Olímpicos" de Pekín, consciente  del peso internacional de China.
Con el acceso a las zonas afectadas prohibido a la prensa, los medios  chinos mostraban fotos de escolares sonríentes para insistir este viernes en la  vuelta a la normalidad en la capital tibetana.
Según la agencia China Nueva, en total 170 personas se habían entregado  hasta el miércoles por la noche, pero los grupos pro-tibetanos en el extranjero  hablaban de más de mil detenidos.
Los disturbios causaron oficialmente 19 murtos, entre ellos 18 civiles  "inocentes" y un policía, según un nuevo balance difundido por la agencia  oficial china basándose en datos del gobierno regional de Tíbet.
Además, el balance oficial da cuenta de 241 policías y 382 civiles heridos,  un total de 623 heridos.
Los tibetanos en el exilio hablan en cambio de cien muertos en el Tíbet y  en los otros lugares donde hubo manifestaciones aunque piensan que la cifra  podría multiplicarse.
"Nos inquieta que los detenidos sean maltratados. Hay muchas pruebas de  torturas y de malos tratos en las prisiones chinas", dijo Nicholas Becquelin,  de la organización Human Rights Watch, en Hong Kong.
El jueves, por primera vez desde el estallido de la crisis tibetana, las  autoridades chinas reconocieron haber disparado "en legítima defensa" para  reprimir los disturbios y haber herido a cuatro personas el domingo en una zona  de la provincia de Sichuán (suroeste de China) habitada mayoritariamente por  tibetanos.
Diversos grupos de militantes protibetanos aseguraron que las fuerzas de  seguridad mataron a ocho personas en las manifestaciones celebradas en este  distrito de Ngawa. Acompañan sus acusaciones con fotografías de cadáveres con  heridas que a primera vista parecen causadas por impactos de bala. La AFP no ha  podido verificar la autenticidad de estas imágenes.
En los últimos días, varios testigos dijeron presenciar la llegada de  refuerzos militares a las zonas afectadas por los disturbios.
El viernes, en una región tibetana del Yunán (suroeste), donde por ahora no  se han registrado manifestaciones, la policía patrullaba sus calles y aldeas.   
Las autoridades, por su parte, han recomendado a sus habitantes que eviten  organizar congregaciones, según un testigo.
En Dharamsala, miles de exiliados tibetanos recibieron a Nancy Pelosi.
"Llamamos a la comunidad internacional a organizar una investigación  externa e independiente sobre las acusaciones del gobierno chino según las  cuales su santidad (el Dalai Lama) fue el instigador de la violencia en Tíbet",  dijo.
Dalai Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos que vive exiliado en  esta ciudad del norte de India desde 1959, ha sido acusado por las autoridades  de Pekín de estar detrás de los disturbios registrados en Tíbet en los últimos  días.
AFP 21-03-08 IJALH

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