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Cercanos a Ratzinger, con más posibilidades

Conocedores de los problemas de la Iglesia Católica, los colaboradores de Benedicto XVI, tienen un ''handicap'' a favor

Cercanos a Ratzinger, con más posibilidades
ROMA, ITALIA (123/MAR/2013).- Son 115 cardenales electores y papables, pero de ellos sólo algunos suenan para suceder al hoy Papa emérito Joseph Ratzinger. Y mientras el alemán descansa en Castelgandolfo, en la Capilla Sixtina los purpurados tienen la tarea de elegir al pontífice que tenga la onza para sanar los males que aquejan a la Iglesia Católica.

Entre ellos podría estar Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos del Vaticano. Hombre discreto, pero de trato afable, quien en los últimos años fue la mano operativa de la “limpieza silenciosa” operada por Benedicto XVI entre los prelados con graves problemas. Durante el pontificado que concluye 81 obispos fueron obligados a renunciar.

Canadiense de origen, Ouellet vivió en Colombia por años y es presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Eso podría granjearle los votos de los purpurados de aquella región. Sus 68 años representarían una alternativa viable para evitar otro Papa anciano.

La edad sería, de hecho, la principal desventaja de Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. El ''outsider'' del pasado Cónclave, que logró hasta 40 votos como alternativa a Ratzinger. El Colegio Cardenalicio este año es distinto al de 2005.

¿Estarían dispuestos los cardenales a correr el riesgo con otro Pontífice cercano a los 80 años? El argentino tiene ya 77.

El primero de los candidatos italianos es Angelo Scola, pastor de la histórica sede de Milán de 71 años. Conocido ratzingeriano podría atraer consensos si, ante la incertidumbre, los votantes buscasen la continuidad.

Si, por el contrario, se inclinasen por una nueva era que traiga estabilidad podrían elegir a Luis Antonio Tagle, el joven arzobispo de Manila. “Demasiado progresista” para unos, “la voz más representativa de la teología asiática”, para otros. Con sus 57 años sería una apuesta valiente.

Algunos meses atrás, durante una conferencia en Roma, deslumbró el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan. De estilo simple y directo, parecía una “opción viable” hasta hace unos días. Todo cambia rápido.

Apenas el jueves 21 de febrero fue interrogado tres horas en el marco de un juicio por pederastia clerical que se remonta a su paso por la arquidiócesis de Milwaukee. Un episodio que, según algunos, podría “sacarlo de la jugada”. Él no está acusado personalmente de nada.

Por el contrario aún tiene oportunidad el húngaro Peter Erdo, muy estimado entre los cardenales europeos.

Además, Laurent Monsengo Pasinya, biblista africano y arzobispo en Tanzania o Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston que recuperó esa demarcación eclesiástica tras los brutales escándalos de sacerdotes culpables de abusos sexuales a menores.

Los candidatos acreditados en América Latina no son muchos. Destaca Pedro Odilo Scherer, arzobispo brasileño de Sao Paulo. En el actual pontificado ha tenido importantes cargos.

Otro personaje capaz de adquirir consensos es el biblista Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano.

Ravasi es un “inoxidable” de la Curia Romana que, pese a encabezar numerosos y arriesgados proyectos, ha salido siempre bien airado, lo que lo ha fortalecido.

Benedicto XVI confió a Ravasi la predicación de sus últimos ejercicios espirituales como Papa. Un detalle que algunos comparan con aquel de 2005 cuando Juan Pablo II confió a Ratzinger las reflexiones del Vía Crucis en el Coliseo. Luego se convirtió en Papa.

NTX/AFP

Ruta crítica

El segundo Cónclave del tercer milenio comenzará la mañana de hoy cuando los 115 cardenales electores entren en procesión en la capilla Sixtina, donde elegirán al 266 sucesor del apóstol Pedro.

Según el esquema facilitado por el Vaticano ya esta tarde (mañana de México) se procederá a la primera votación y habrá primera “fumata”.

Si la primera votación de hoy concluye con “fumata negra”, es decir, que no han elegido Papa, mañana se celebrarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.

Las “fumatas” se producirán al final de la mañana, tras las dos votaciones -—siempre que no haya sido elegido el Pontífice en el primer escrutinio— y de la tarde, también siempre que no haya sido elegido en la primera votación de la tarde. Si hubiese una “fumata” a media mañana o a media tarde, sería “blanca”, es decir los       cardenales habrían elegido al sucesor de Benedicto XVI.

La constitución apostólica Universi Dominici Gregis establece que después de tres días de escrutinios sin resultados positivos, las votaciones se suspenden por un día para hacer una pausa de oración y coloquio entre los votantes.

Tras la pausa volverán a celebrarse otros siete escrutinios y si se sigue sin elegir Papa se efectuará otro descanso y se volverán a hacer otros siete escrutinios. Si se sigue igual, habrá nueva pausa y, de nuevo, otras siete votaciones. Y así hasta el 33 o 34 escrutinio (dependiendo si el primer día se vota o no).

Al ser 115 cardenales electores, el próximo Papa necesitará un mínimo de 77 sufragios.
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