Internacional
Cardenal mexicano se pierde renuncia del Papa, por caída
El sacerdote dice sentirse ''feliz'' por haberse convertido en un purpurado que quedó ''fuera de la jugada'', pues por escasos días tampoco participará en la elección del próximo pontífice
El presidente emérito del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios dijo sentirse "feliz" por haberse convertido en un purpurado que quedó "fuera de la jugada", ya que por escasos días tampoco participará en la elección del próximo pontífice.
Aún en el escritorio de su casa, en el Palacio de San Calixto del barrio Trastevere de Roma, se encuentra la invitación oficial para el encuentro del Papa con los cardenales.
El único tema en agenda ese día lunes era la fecha de la ceremonia de canonización de nuevos santos de la Iglesia católica, entre ellos la mexicana Guadalupe Zavala. Una razón más para requerir la presencia de Lozano. Pero no pudo ser por el incidente, que le obligó a recibir la noticia en su casa.
"Sufrí una caída hace aproximadamente un mes y me rompí tanto el hombro como la mano derecha, que la tengo inmovilizada. Esto lo supe aquí en mi casa, me llamaron de una radio de Colombia y me avisaron", contó.
"Al principio pensé que era una broma pero luego, al aire, escuché la voz de Federico Lombardi que confirmaba la noticia. Ya entonces no me cupo ninguna duda", agregó.
Apenas 15 días atrás, el 26 de enero, Lozano Barragán cumplió los 80 años e inmediatamente perdió su calidad de "elector" y la posibilidad de ingresar en el Cónclave.
De esta manera, por circunstancias ajenas, se perdió dos de los momentos más importantes de la Iglesia católica en los últimos años. Pero él dio gracias a Dios por haber quedado "fuera de la jugada".
"A diferencia de lo que pudiera pensarse, que uno lamentaría estas situaciones, yo me alegro. Ya participé en un Cónclave y me di cuenta de la responsabilidad tan grande que significa elegir un Papa y no quiero volverla a tener", aseguró.
"Fue una responsabilidad que asumí hace ocho años y salió todo muy bien, pero el riesgo es que no salgan las cosas como deberían ser. Claro que Dios escribe derecho en renglones torcidos, pero yo no quisiera ser ese renglón torcido. Mejor es estar a la expectativa", apuntó.
Por lo pronto confió haber recibido la noticia de la renuncia con una sorpresa muy grande y mucha tristeza. Pero destacó la valentía de Benedicto XVI en reconocer sus límites y su humildad para decir: "ya no soy apto para seguir adelante con este ministerio".
Insistió que para dar un paso tan importante se necesita entereza y coherencia. Por eso aseguró que respeta la decisión, aunque estaba muy contento con el actual pontificado.
Según el cardenal, la explicación obvia a tan clamoroso gesto del Papa se encuentra en sus casi 86 años y por eso pidió ser comprensivos.
"Hay que pedir a Dios, con fe, al hombre correcto para el lugar correcto. Con la altura que tuvieron los últimos Papas, vaya paquete que le queda al próximo. Ojalá el próximo tuviese las cualidades de los anteriores. Esperemos que tengamos una gratísima sorpresa en el mes de marzo", ponderó.
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