Internacional
Brasil insta a Venezuela a realizar elecciones pronto
Considera que podría garantizar una transición sin sobresaltos en la nación petrolera, si los comicios se realizan ''lo antes posible''
Funcionarios brasileños expresaron sus deseos directamente al vicepresidente venezolano Nicolás Maduro, según aseguraron bajo condición de anonimato.
Chávez, quien fue operado en Cuba el 11 de diciembre por el cáncer que padece y lleva un mes sin hablar ni ser visto en público, designó a Maduro como sucesor en caso de que su condición médica le impida volver al poder.
"Estamos diciendo explícitamente que si Chávez muere nos gustaría ver elecciones lo antes posible", dijo un funcionario. "Pensamos que es la mejor forma de asegurar una transición democrática pacífica, que es el principal deseo de Brasil", agregó.
La salud de Chávez es delicada tras una serie de complicaciones postoperatorias, incluyendo una infección pulmonar, lo que ha disparado rumores -desmentidas por el Gobierno- de que se encuentra al borde de la muerte.
La Constitución venezolana establece que deben celebrarse nuevas elecciones en un plazo de 30 días si Chávez muere.
Sin embargo, algunos funcionarios extranjeros en la región y activistas en los círculos más radicales de la oposición venezolana expresan en privado temores a que el Gobierno cambie las reglas, en especial si Maduro corriera peligro de perder en un los comicios.
La controvertida decisión de la Corte Suprema de posponer la semana pasada el acto de asunción de Chávez para un nuevo mandato de seis años reforzó el temor a que el gobierno pueda recurrir a maniobras para mantenerse en el poder.
El Gobierno venezolano dijo el domingo que la salud de Chávez había mejorado un poco, pero su infección pulmonar todavía exige cuidados especiales.
La posición de Brasil podría ser crucial. La mayor economía de América Latina es un aliado de Venezuela y tiene una creciente influencia diplomática en la región.
La presidenta, Dilma Rousseff, es una izquierdista moderada cuyo partido ha apoyado fuertemente a Chávez durante la última década. Sin embargo, es percibida como neutral y sus credenciales democráticas son suficientemente sólidas como para que Brasil se erija en un mediador capaz de evitar una crisis en Venezuela.
Brasil también usó "emisarios" para comunicar su posición al líder de la oposición venezolana, Hernique Capriles. Los funcionarios brasileños esperan evitar una revuelta en caso de que Chávez muera, un escenario que parece improbable dada la posición hasta ahora cauta de la oposición.
"Estamos trabajando muy duro para asegurar que haya paz", dijo el funcionario.
Capriles, que muchos asumen que sería el rival de Maduro en caso de una nueva elección, hizo hasta ahora críticas moderadas al Gobierno. La semana pasada dijo que una confrontación violenta sólo favorecería a los partidarios de Chávez.
Brasilia busca liderazgo
Brasil está informando a Estados Unidos de sus acciones y espera convencer a Washington de que lo deje liderar los esfuerzos para garantizar una transición pacífica en Venezuela.
Chávez es uno de los más aguerridos críticos de Estados Unidos y los funcionarios brasileños temen una eventual intervención directa de Washington en Venezuela.
Ante sus dificultades de salud, la oposición venezolana exige que se active el proceso constitucional que llevaría a una junta médica a decidir si Chávez podrá o no volver a gobernar. Si fuese declarado incapacitado, el jefe del parlamento asumiría temporalmente el poder para convocar a nuevas elecciones.
Pero sus quejas han sido hasta ahora ignoradas por los gobiernos de América Latina.
La mediación de Brasil en la transición venezolana elevaría el perfil del gigante sudamericano como defensor de la democracia en la región.
El año pasado Rousseff lideró la ola de protestas regionales contra el veloz juicio político que llevó a la destitución del es presidente paraguayo Fernando Lugo.
El gobierno del predecesor y mentor político de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, jugó un papel activo en los esfuerzos para intentar resolver la crisis política en Honduras tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya en el 2009.
Antes Brasil tuvo una posición más tímida ante crisis internacionales, subrayando el derecho de las naciones a determinar su propio destino, uno de los principios de la diplomacia brasileña.
Lula, que sigue siendo uno de los políticos más influyentes de América Latina, viajará a fines de enero a Cuba, donde algunos especulan que podría visitar a Chávez, un viejo amigo.
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