Internacional
Brasil: candidata de Lula pierde fuerza entre escándalos
La aspirante apoyada por el presidente Lula da Silva se mantiene como favorita para ganar las elecciones del 3 de octubre
BRASILIA, BRASIL (23/SEP/2010).- Un mes de intensa cobertura mediática de escándalos que involucran a personeros del gobierno o allegados hizo finalmente mella en la ventaja de la candidata presidencial oficialista, Dilma Rousseff, según una encuesta divulgada el jueves.
Pese al declive, la aspirante apoyada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como favorita para ganar las elecciones del 3 de octubre sin necesidad de ir a una segunda vuelta, de acuerdo con la encuesta del instituto Datafolha, publicada por el diario Folha de S. Paulo.
El sondeo reveló que el apoyo a Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cayó a 49% de las intenciones de voto desde 51% una semana atrás, mientras que su principal rival, José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), subió de 27% a 28 por ciento.
La ex ministra del Medio Ambiente Marina Silva, candidata del Partido Verde, capitalizó más la pérdida de apoyo de Rousseff y subió de 11% a 13% en la encuesta realizada del 21 al 22 de septiembre entre 12.294 electores, con un margen de error de 2 puntos porcentuales.
Con esos datos, Rousseff aún ganaría la elección en la primera vuelta. Si se excluyen los que votarían blanco o nulo, el apoyo a la candidata del PT sube a 54%, mientras que Serra pasaría a 28%. La ley electoral brasileña establece que para ganar la elección en primera vuelta se necesita la mitad más uno de los votos.
La campaña en Brasil ha estado marcada por denuncias de escándalos que involucran a militantes del PT o personeros del gobierno, que la oposición ha intentado vincular a Rousseff.
El más reciente, que ha tenido mayor impacto en la opinión pública, involucró a una allegada de la candidata, la ex secretaria general del gobierno Erenice Guerra, cuyos familiares habrían montado un esquema de tráfico de influencias para supuestamente otorgar contratos con agencias del gobierno. El caso provocó la renuncia de Guerra, allegada de Rousseff.
Previamente, los medios divulgaron insistentemente un caso de filtración de información sigilosa del organismo tributario de familiares y aliados políticos del candidato opositor, Serra.
No obstante, Rousseff ha sustentado su respaldo en la popularidad del presidente Lula, cuyo gobierno fue calificado como "óptimo'' o "bueno'' por 78% de los consultados, con sólo 4% que lo calificó como "malo'' o ``pésimo''. Los demás lo consideraron "regular''.
Lula usó una analogía del fútbol para decir que su candidata está siendo atacada por la oposición y que debe mantener la cautela hasta final del partido, el día de la votación.
"Este es el momento de un equipo que está ganando dos a cero. El adversario está cometiendo faltas, pateándonos en el pecho, pateándonos en la espinilla y el árbitro no pita falta, pero nosotros no podemos perder la cabeza'', declaró Lula en una entrevista con el portal de internet Terra, divulgada el jueves.
Pese al declive, la aspirante apoyada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como favorita para ganar las elecciones del 3 de octubre sin necesidad de ir a una segunda vuelta, de acuerdo con la encuesta del instituto Datafolha, publicada por el diario Folha de S. Paulo.
El sondeo reveló que el apoyo a Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cayó a 49% de las intenciones de voto desde 51% una semana atrás, mientras que su principal rival, José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), subió de 27% a 28 por ciento.
La ex ministra del Medio Ambiente Marina Silva, candidata del Partido Verde, capitalizó más la pérdida de apoyo de Rousseff y subió de 11% a 13% en la encuesta realizada del 21 al 22 de septiembre entre 12.294 electores, con un margen de error de 2 puntos porcentuales.
Con esos datos, Rousseff aún ganaría la elección en la primera vuelta. Si se excluyen los que votarían blanco o nulo, el apoyo a la candidata del PT sube a 54%, mientras que Serra pasaría a 28%. La ley electoral brasileña establece que para ganar la elección en primera vuelta se necesita la mitad más uno de los votos.
La campaña en Brasil ha estado marcada por denuncias de escándalos que involucran a militantes del PT o personeros del gobierno, que la oposición ha intentado vincular a Rousseff.
El más reciente, que ha tenido mayor impacto en la opinión pública, involucró a una allegada de la candidata, la ex secretaria general del gobierno Erenice Guerra, cuyos familiares habrían montado un esquema de tráfico de influencias para supuestamente otorgar contratos con agencias del gobierno. El caso provocó la renuncia de Guerra, allegada de Rousseff.
Previamente, los medios divulgaron insistentemente un caso de filtración de información sigilosa del organismo tributario de familiares y aliados políticos del candidato opositor, Serra.
No obstante, Rousseff ha sustentado su respaldo en la popularidad del presidente Lula, cuyo gobierno fue calificado como "óptimo'' o "bueno'' por 78% de los consultados, con sólo 4% que lo calificó como "malo'' o ``pésimo''. Los demás lo consideraron "regular''.
Lula usó una analogía del fútbol para decir que su candidata está siendo atacada por la oposición y que debe mantener la cautela hasta final del partido, el día de la votación.
"Este es el momento de un equipo que está ganando dos a cero. El adversario está cometiendo faltas, pateándonos en el pecho, pateándonos en la espinilla y el árbitro no pita falta, pero nosotros no podemos perder la cabeza'', declaró Lula en una entrevista con el portal de internet Terra, divulgada el jueves.
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