Internacional
Benedicto XVI celebra 500 años de los frescos de la Capilla Sixtina
El pontífice destacó la intensidad expresiva única plasmada por Miguel Angel Buonarroti
Acompañado por un grupo de colaboradores de la Curia Romana, Benedicto XVI presidió en la misma capilla el rezo de las Vísperas en la solemnidad católica de Todos los Santos y recordó la apertura de sus decoraciones, comisionadas por el Papa Julio II.
Rememoró la ceremonia de develación de las pinturas de la cúpula, más de mil metros cuadrados realizados entre 1508 y 1512, que tuvo lugar exactamente el 31 de octubre de este último año.
"El gran artista (Miguel Ángel), ya célebre por obras de arte de escultura, afrontó la empresa de pintar más de mil metros cuadrados acostado, y podemos imaginar que el efecto producido sobre quien por primera vez la vio terminada debió ser impresionante", dijo.
"De este inmenso fresco precipitó sobre la historia del arte italiano y europeo algo comparable a un violento torrente de montaña portador de felicidad y, al mismo tiempo, de devastación: nada fue como antes", agregó.
Según Joseph Ratzinger, ese templo, ubicado en el corazón del Palacio Apostólico del Vaticano, está iluminado no sólo por la luz proveniente del "sabio uso del color y de los contrastes", sino también por la "luz de Dios" que emana de la obra.
Se trata de una luz -sostuvo- que con su potencia vence el caos y la oscuridad para donar vida: en la creación y en la redención.
Se refirió a la imagen ubicada al centro de la cúpula, en la cual el artista pintó al Dios creador que toca con su dedo a Adán para establecer con evidencia que el mundo no es producto de la oscuridad, del caso, del absurdo, sino deriva de una inteligencia, de una libertad, de un supremo acto de amor.
"En aquel encuentro entre el dedo de Dios y el del hombre, nosotros percibimos el contacto entre el cielo y la tierra, en Adán Dios entra en una relación nueva con su creación, el hombre está en directa relación con él, está llamado por él, a su imagen y semejanza", indicó.
"La Capilla Sixtina, contemplada en oración, es aún más bella, más auténtica, se revela en toda su riqueza. Aquí todo vive, todo resuena en contacto con la palabra de Dios", apuntó.
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