Internacional

Beatificación de Juan Pablo II, la más concurrida

Según datos de la Prefectura de Roma, más de un millón de personas se trasladó hasta la capital italiana el 1 de mayo para seguir la celebración

CIUDAD DEL VATICANO (28/DIC/2011).- La beatificación de Juan Pablo II, celebrada por Benedicto XVI en mayo de este 2011, rompió varios récords entre los cuales se cuenta el haber sido la ceremonia de elevación a los altares más concurrida de la historia.

Según datos de la Prefectura de Roma, más de un millón de personas se trasladó hasta la capital italiana el 1 de mayo para seguir la celebración, no sólo en la Plaza de San Pedro, sino en otras partes de la ciudad donde se colocaron pantallas gigantes.

Durante la misa San Pedro lució abarrotada, donde caben 80 mil personas, así como la Plaza Pío XII, la Vía de la Conciliación, avenida que une El Vaticano con el Río Tíber, así como la Plaza del Risorgimento y la de Castel Sant Angelo.

Decenas de miles de personas participaron en los tres días de fiesta por la inscripción de Karol Wojtyla en el libro de beatos de la Iglesia católica, una celebración que comenzó el sábado 30 de abril con una vigilia en el Circo Máximo de Roma.

La ciudad se vio literalmente invadida por jóvenes, familias, monjas, sacerdotes e incluso turistas que pasaron la noche prácticamente pegados a los accesos a la zona del Vaticano, que se abrieron en las primeras horas del domingo 1 de mayo.

Feligreses venidos desde diversos países soportaron la desvelada, el frío nocturno y el calor de la mañana, la sed y el hambre sólo por presenciar la beatificación, como los mexicanos Manuel Fernández y Germán Guerra originarios de Mexicali, Baja California.

Como ellos, sólo unos cuantos tuvieron la posibilidad de estar dentro de la Plaza de San Pedro cuando el Papa Benedicto XVI pronunció la fórmula con la cual se declaró beato a Wojtyla.

'Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Agostino cardenal Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, de muchos otros hermanos en el episcopado y de muchos fieles, tras haber tenido el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos', dijo el pontífice.

'Con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable Siervo de Dios Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas, cada año el 22 de octubre', agregó.

Esas palabras establecieron el fin de un proceso que rompió todos los récords y se convirtió en el más rápido en la historia moderna de la Iglesia católica, con una duración de apenas seis años y 29 días después de su muerte.

Un itinerario que no estuvo exento de polémicas, ya que se alzaron diversas voces críticas contra un supuesto 'apuro' del Vaticano por reconocer al 'Papa peregrino'.

Entre otras cosas se argumentó el caso de Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo y responsable de numerosos actos inmorales (entre otros abusos sexuales contra menores), como uno de los impedimentos a la santidad de Wojtyla.

En respuesta, diversas autoridades de la Sede Apostólica aseguraron que el pontífice polaco fue engañado por Maciel. La explicación no aplacó las polémicas, que se diluyeron en los días previos.

La ceremonia se convirtió también en un gran evento mediático, El Vaticano acreditó sólo para la misma dos mil 300 operadores de la información, de los cuales mil 300 trabajaban para la televisión, 230 eran fotógrafos y 250 transmitieron para la radio.

Unos 53 periodistas mexicanos viajaron especialmente a Roma para dar cobertura, siendo el país de América Latina con mayor número de representantes de la prensa para la ocasión.

El Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, también estuvo presente junto a su esposa, Margarita Zavala, y una comitiva. Al finalizar la misa saludó personalmente al Papa y lo invitó a que visite su país, propuesta que fue aceptada apenas hace unos días.

El mandatario fue uno de los primeros en venerar el féretro con los restos de Juan Pablo II, colocado ante el altar mayor de la Basílica de San Pedro y que fue venerado por más de 250 mil personas antes de ser trasladado a una capilla dentro del templo.

La beatificación, el acontecimiento más importante del año para Benedicto XVI, rompió otras marcas históricas, entre ellas se trató de la primera vez que un Papa declara beato a su inmediato predecesor en mil años de vida de la Iglesia católica.
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