Internacional

Barack Obama arrasa con la oposición republicana

Los detractores del mandatario terminaron por aceptar las propuestas demócratas para evitar que el país no tuviera recursos para sus deudas

Barack Obama arrasa con la oposición republicana
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (17/OCT/2013).- Los republicanos no quisieron cargar con la factura histórica de enviar a Estados Unidos al impago, y prefirieron doblar las manos, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, para dar luz verde a la ampliación del techo de la deuda, así como a la reapertura de las oficinas de servicios del Gobierno federal.

Sin embargo, la cara de la derrota republicana tiene dos rostros: uno, el líder de la mayoría en la Cámara baja, John Boehner, y dos, el grupo del Tea Party, férreo opositor del presidente Barack Obama a quien le cuestionan, por sistema, todas sus acciones. Ayer, 29 legisladores republicanos respaldaron a los demócratas en el Senado y 87 hicieron lo mismo en la Cámara de Representantes.  

Una vez que el Senado avaló a 12 horas de la debacle económica un proyecto para evitar el “default”, con el respaldo de la minoría republicana, representada por Mitch McConnell, el presidente de la Cámara baja, Boehner, anunció que no bloquearía el voto final del acuerdo político en el Senado, con lo que el Gobierno podrá reabrir hoy y evitar una moratoria de pagos.

Boehner reconoció que no lograron frenar la implementación de la Ley de Salud Asequible, conocida popularmente como “Obamacare”, pero reiteró que mantendrán la batalla contra el principal logro legislativo de Obama.

Pero hay otras facturas por la novela legislativa. El cierre parcial del Gobierno, que se extendió durante poco más de dos semanas, tuvo un costo de 24 mil millones de dólares para la economía de este país, estimó la calificadora Standard & Poor’s.

La firma indicó que el monto que dejó de circular en la economía por la suspensión de los gastos no esenciales del Gobierno tendrá un costo de al menos 0.6% en el crecimiento anualizado del país en el cuarto trimestre del año.        

TESTIMONIO
Tapatío resiente la crisis económica en Estados Unidos

A Efraín Álvarez Arellano le costó 12 años lograr la ciudadanía estadounidense. Llegó hace 13 años al país del norte sin documentos. Ahora tiene tres restaurantes de comida mexicana en Cleveland, Ohio; sin embargo sus ventas han bajado casi a la mitad desde el año 2008, y en el actual tuvo que recortar hasta cuatro de cada 10 de sus trabajadores.

“Fue una cuestión de vida o muerte cuando llegué a Estados Unidos”, cuenta, “uno tiene que soportar para poder llegar a un país donde la mayoría de las personas no te quiere simplemente por tu color de piel y tu forma de hablar”.

Varios años le costó iniciar con su microempresa de comida, que era fructífera, ya que menciona que cada tres o cuatro veces a la semana, las familias de allá salen a comer.

Por la crisis, Efraín tuvo que cambiar su paquete de teléfono celular, en el que gastaba hasta 130 dólares al mes; y también se cambió de casa a una más humilde, que implicará menos gastos.

“Ahora el dinero escasea, y lo primero que hace la gente es no salir a comer a la calle para ahorrar”; el micro empresario explica que la economía de estadounidense es completamente consumista, se mantiene de ello; además, los índices de desempleos están “por las nubes”.

Efraín carecía de seguro de vida, pero a partir del 1 de octubre de este año tuvo que adquirirlo forzosamente, ya que por ley debía respaldar su salud.

Platica que la cuestión de los seguros viene a dar la última estocada a los negocios pequeños; ya que con las bajas ventas lo menos que se puede hacer es agregar más gastos a los dueños de las empresas.

“El trabajador pedirá su seguro al patrón, pero él no podrá dárselo porque no tiene ganancias suficientes (…) Las microempresas no tenemos el capital para tener el gasto extra, es una bola de nieve”.

Señala que el negocio de las medicinas y la atención médica es muy redituable en Estados Unidos, “ellos son más chillones que los mexicanos, van más al doctor que uno”. Anteriormente, explica, que las compañías de seguros no aseguraban a las personas con enfermedades crónicas, y ahora deberán hacerlo, “aligerará los gastos del Gobierno”

Lo que se evitó

17 de octubre: El dinero en efectivo con que cuenta el Tesoro se reduce a  30 mil millones de dólares, de los 88 mil millones que tenía a comienzos de mes. Sigue cobrando impuestos y otros ingresos por lo que puede continuar pagando la mayoría de sus obligaciones, pero las entradas varían día a día, lo que hace difícil señalar exactamente si y cuándo se quedaría sin efectivo.

22 de octubre: La Oficina de Presupuesto del Congreso, un ente público autónomo, y el BPC, estiman que este sería el primer día que el Gobierno estaría incapacitado de cancelar todas sus cuentas, aunque no debe hacer pagos importantes en esta fecha.

23 de octubre: El Gobierno debe emitir cheques por 12 mil millones de dólares en prestaciones sociales, según el BPC.

24 de octubre: El Tesoro necesita refinanciar cerca de 93 mil millones de dólares en deuda. Si bien la operación no representa un nuevo gasto para el Departamento del Tesoro, pues se trata de pagar a los acreedores con bonos, ello implica algunos riesgos, sobre todo a largo plazo.

El 31 de octubre: El Tesoro tiene que pagar seis mil millones de dólares en  intereses de deuda del Gobierno, así como refinanciar 115 mil millones de  dólares en bonos.

Así fue el acuerdo


Reapertura
El Gobierno federal reabre todos sus servicios tres meses más.

Deuda
El techo del endeudamiento sube, con vigencia al 7 febrero.

“Trucos” Permite al Tesoro el uso de esquemas para retrasar el finiquito del techo de deudas.

Retroactividad Pagarán los salarios de 800 mil trabajadores federales afectados por la parálisis.

Verificación Obligarán a los beneficiarios del “Obamacare” a transparentar sus ingresos.

Presupuesto
Washington de presentar el proyecto al Senado antes del 13 de diciembre.

EL ANÁLISIS
Extremismo

Enrique Toussaint
(periodista)

El sistema político de Estados Unidos siempre fue reconocido como un modelo de estabilidad y de límites al radicalismo. El bipartidismo, las dificultades para candidatos independientes y la división del voto que no entrega mayorías calificadas, fueron escudos que hacían de Estados Unidos una nación que siempre apostó por el centro político (se necesita 75% para reformar la Constitución). Tanto republicanos como demócratas sabían que la negociación es inherente a la política y siempre fueron pragmáticos. Para prueba esas películas y novelas donde en los clubes de cartas legisladores demócratas y republicanos negociaban hasta altas horas de la noche entre bebidas y cigarros.

De pronto, todo cambió. El extremismo tomó Washington y ese pragmatismo del presidencialismo americano, rápidamente se encontró con una narrativa de abdicación constante a la negociación. El ascenso del “Tea Party” explica en gran parte este fenómeno. El Tea Party aglutina a representantes del ala más extremista del Partido Republicano. Su agenda es marcadamente libertaria, son anti-impuestos, defienden una política migratoria restrictiva y están ferozmente en contra de que el Estado tenga peso en la economía. Han encontrado en Barack Obama a su enemigo perfecto y lo tachan hasta de marxista por su reforma de salud.

Sin embargo, aunque el Tea Party es la expresión política de ideas que comparten algunos americanos, existe un problema estructural más grave. La geografía política de Estados Unidos provoca que los distritos electorales se vuelvan cada vez más radicales. Tanto en estados demócratas como en republicanos, el llamado gerrymandering (estrategia de trazar líneas electorales que aseguran una victoria a determinado partido) ha hecho que los distritos se alejen del centro al aglutinar poblaciones muy conservadoras en unos y muy liberales en otros. Esto provoca que los legisladores, aunado con la reelección y que hay menos disciplina partidista que en México, estén dispuestos a defender una agenda muy radical.

El extremismo es un problema de gobernabilidad para Estados Unidos. La escuela de la extrema derecha americana es no pactar. Son grupos “maximalistas”, no están dispuestos a ceder en nada. El extremismo provoca que se desvanezca el ala centrista y negociadora del Partido Republicano (al que pertenece por ejemplo John Boehner, presidente de la Cámara). Pese a esto, lo más importante para reestablecer la funcionalidad del sistema político, es impulsar una reforma a los distritos que inyecten de pluralidad a las demarcaciones en los estados. En EU no hay un órgano central electoral, sino que cada Estado organiza sus elecciones.  

En enero y febrero del siguiente año, Obama enfrentará una oposición similar, donde las ventanas de negociación son mínimas y las exigencias de estos grupos son incumplibles. Obama ganó el primer round: no cedió ante el chantaje. Sin embargo, los problemas de gobernabilidad seguirán por algún tiempo.
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