Internacional

Autor de atentados en Noruega no iría a la cárcel por esquizofrénico

La fiscal Inga Bejer Engh recordó que una persona que comete un acto punible en estado psicótico no puede ser condenada a pena de cárcel, según un principio jurídico vigente en Noruega desde la Edad Media

COPENHAGUE, DINAMARCA (29/NOV/2011).- El ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del 22 de julio en Noruega en los que mató a 77 personas, podría evitar la cárcel si se confirma el diagnóstico de esquizofrenia que apunta el informe psiquiátrico entregado hoy a la Corte de Oslo.

El documento médico concluye que Breivik padece "esquizofrenia paranoide" y que estaba en estado psicótico cuando cometió la matanza en la isla de Utøya y durante las entrevistas con los psiquiatras, por lo que debe ser considerado no imputable desde el punto de vista penal.

Así lo resaltó también la fiscal Inga Bejer Engh en la presentación de las conclusiones del informe, que no ha sido hecho público.

La fiscal recordó que una persona que comete un acto punible en estado psicótico no puede ser condenada a pena de cárcel, según un principio jurídico vigente en Noruega desde la Edad Media.

Será la Comisión de Medicina Forense la que debe aprobar o no el informe, aunque su análisis, que puede incluir requerimientos a los psiquiatras y nuevos exámenes a Breivik, se limitará a determinar su "calidad" desde un punto de vista jurídico-forense, como señaló su presidente, Tarjei Rygnestad.

Rygenstad advirtió de que la comisión podría tardar más de un mes en acabar su tarea, aunque el fiscal Svein Holden había hablado de que el fallo estaría listo probablemente antes de Navidad.

En caso de que el informe sea aprobado, la Fiscalía pedirá al tribunal que Breivik sea condenado a tratamiento psiquiátrico forzado, "si es necesario para el resto de su vida", señaló Engh.

La Fiscalía informó de que la hipotética condena debería ser renovada en los tribunales cada tres años y de que a pesar de que Breivik pudiera ser declarado sano en el futuro, eso no implicaría su puesta en libertad, ya que se le puede retener de forma indefinida si le sigue considerando un peligro social.

Engh resaltó además que independientemente de cuál sea el fallo de la comisión, el juicio contra Breivik, cuyo inicio está fijado para el 16 de abril, se realizará con normalidad, "ya que la corte tendrá que decidir si ha cometido o no los actos".

El informe apunta a que Breivik ha desarrollado durante un largo período una esquizofrenia paranoide "que lo ha convertido en la persona que es ahora" y que vive "en su universo propio de delirios de grandeza y bizarros", lo que afecta a todos sus pensamientos.

Breivik, de 32 años, cree que ha sido designado para decidir quién debe vivir y quién no y para salvar a la humanidad.

Los asesinatos, que él define como "ejecuciones", fueron hechos "por amor a su gente", reveló Holden.

El fundamentalista cristiano se considera a sí mismo como "el caballero más perfecto desde la II Guerra Mundial" y cree que su organización, los Caballeros Templarios, asumirá el poder en Europa y él será el regente en Noruega.

El documento final consta de 243 páginas, fruto de 13 entrevistas de un total de 36 horas con Breivik y de otra "cantidad significativa" de documentos.

Los abogados que representan a los afectados por los atentados destacaron que no hay ningún motivo para tener miedo de que Breivik pueda quedar libre pronto, ya que "permanecerá en una institución cerrada durante muchos años, posiblemente el resto de su vida".

Breivik hizo estallar un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utøya, a 45 kilómetros de la capital, donde disparó de forma indiscriminada matando a otras 69, la mayoría asistentes al campamento de las Juventudes Laboristas.

Horas antes envió por correo electrónico a un millar de contactos "2083. Una declaración de independencia europea", manifiesto de 1.500 páginas en el que expone sus ideas y en el que llevaba trabajando años, al igual que en los preparativos de los atentados.

El ultraderechista justificó la masacre como un castigo a la socialdemocracia por "traicionar" al país "importando" musulmanes y para salvar a Europa occidental del islam y del "marxismo cultural".

Su discurso lleva a las últimas consecuencias, usando la violencia, ideas que defiende desde hace años la derecha populista, que en Escandinavia es particularmente fuerte, con el Partido Popular de Dinamarca y el Partido del Progreso de Noruega, en cuyas juventudes militó Breivik entre 1999 y 2003.
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