Internacional
Allá en la fuente
Pos ya ve, la comadre me aventó la sartén, que por llegar tarde ayer
— Pos ya ve, la comadre me aventó la sartén, que por llegar tarde ayer.
— No le digo, usté no aprende, por andar de canijo le fue como a “Il Cavaliere”.
— Ah caray, pos ¿qué le pasó al Don Juan Italiano?
— ¿No se la sabe?... le lanzaron una estatuita de la catedral de Milán y le partieron toooda la boca.
— ¡No me diga!, pobre del primer ministro, se me hace que le dolió más que le hayan desfigurado el rostro, ya ve que se cree bien guapo.
— Pues sí, ni hablar, pero del susto no pasó, aunque sí le salió un montón de sangre.
— Oiga, ¿y quién fue el agresor?... ¿algún novio celoso?
— Que yo sepa no, pero no me extrañaría. Lo que sí sé es que se llama Massimo y tiene 42 años… ¡ah!, y que tiene problemas mentales.
— No pues eso sobra decirlo compa, mire que para agredir al Berlusconi sí se necesita tener problemas mentales. Con eso de que es dueño de media Italia… se me hace que el señor no la va a contar.
— Eso sí ya no sé, pero quien no la va a contar si vuelve a llegar tarde a su casa va a ser usté, así que ay nos vemos, no me vaya a agarrar a casuelazos la comadre a mí también.
— Sí verdá, mejor ay nos vemos.
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