Internacional

Ahmadineyad acusa de interferir en la región a las potencias occidentales

El mandatario anima a Afganistán y Pakistán a rechazar la influencia extranjera

ISLAMABAD, PAKISTÁN (17/FEB/2012).- El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, animó hoy a Pakistán y Afganistán a rechazar la influencia extranjera en la región durante una cumbre celebrada en Islamabad y que se vio empañada por un atentado suicida que mató a 23 personas en el noroeste paquistaní. Los tres países celebran una cumbre anual desde hace tres años, pero la que se inicia hoy está marcada por el diálogo con los talibanes y por el papel que pueden desempeñar en el tablero afgano tanto Pakistán como Irán.

Al término de una reunión entre los presidentes de los tres países en la capital paquistaní, Ahmadineyad censuró que "la región haya estado sujeta a la hegemonía de las potencias extranjeras", en unas palabras que parecían apuntar directamente a Afganistán.

"No hay ningún problema fundamental entre los países de la región. Todos los problemas vienen de fuera", aseveró Ahmadineyad, acompañado en una rueda de prensa por su homólogo paquistaní, Asif Alí Zardari, y afgano, Hamid Karzai.

"Deberíamos arrebatar a los otros la oportunidad de interferir en los asuntos regionales", propuso.

El presidente iraní llego ayer, jueves, a Islamabad para participar en esta cumbre trilateral, que ha tenido sus principales ejes en el proceso de paz en Afganistán -donde EEUU es el país con más tropas desplegadas- y el diálogo con los talibanes.

Los Gobiernos de Afganistán y Pakistán parecen molestos por no tener una participación directa en la oficina talibán abierta recientemente en Catar, a través de la cual Estados Unidos está manteniendo contactos con los insurgentes.

En su intervención, Zardari, que invitó a Ahmadineyad a hacer otra visita en solitario a Islamabad, aclaró que la relación entre Pakistán e Irán "no puede verse socavada por ninguna presión internacional".

El presidente paquistaní también rechazó que el Ejército de su país dé apoyo a los talibanes, aunque admitió que aún hay "residuos" de la década de 1980, cuando Pakistán apoyó a varias facciones islamistas en la guerra contra la Unión Soviética en Afganistán.

Karzai, que en el pasado ha criticado a Pakistán e Irán por interferir en los asuntos afganos, expresó su deseo de superar las "dificultades" en el país en guerra y encontrar una guía de actuación común.

Los tres países tienen objetivos dispares y una historia íntima, contradictoria y llena de desencuentros, pero ahora convienen en recelar de los planes norteamericanos en la región.

El Ejecutivo de Karzai ha aceptado finalmente la apertura de la oficina talibán en Catar, pero se ha visto desplazado por Estados Unidos y no descarta otras vías de negociación.

La muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, en una operación estadounidense en suelo paquistaní en mayo del año pasado hizo que se resquebrajaran los lazos diplomáticos entre Islamabad y Washington, que aún no han sido restañados.

Se trata de un contexto propicio para que Irán intente empujar a sus vecinos contra Estados Unidos, que ya ha iniciado su retirada militar de Afganistán y tiene previsto concluir su misión de combate en 2013.

La visita del líder iraní coincidió con un ataque suicida en la región tribal paquistaní de Kurram que acabó con la vida de 23 personas y dejó heridas a otras 40 en la capital de la demarcación.

Un suicida hizo estallar la carga explosiva que portaba en un mercado de Parachinar, cerca de la frontera afgana, según varias fuentes policiales consultadas por Efe.

En la zona hay una fuerte presencia de chiíes, secta minoritaria del islam en Pakistán y mayoritaria en Irán, pero las fuentes oficiales consultadas por Efe rehusaron confirmar que el ataque estuviera dirigido contra aquellos.

Las autoridades paquistaníes acostumbran a restar importancia u ocultar los frecuentes ataques sectarios que tienen lugar en el país, sobre todo a cargo de grupos integristas de corte suní.

Una escisión con base en Kurram del movimiento talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Islami, reivindicó el atentado, según las televisiones paquistaníes.

En Kurram, escenario en el pasado de conflictos sectarios, tienen lugar desde hace meses violentos combates entre el Ejército paquistaní y la insurgencia talibán.

La esfera de influencia de los talibanes se extiende a lo largo de la frontera afgano-paquistaní, sobre todo en sus principales bastiones, ubicados en Waziristán del Norte, al sur de Kurram.

Según un estudio del Instituto de Pakistán para Estudios de Paz, el número de muertos por terrorismo en 2011 ascendió a 2 mil 391.


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