Internacional
Abatir la delincuencia, prioridad de Sebastian Piñera para Chile
Concepción será escenario de la primera reunión del gabinete presidencial; varios funcionarios de Michelle Bachelet seguirán en sus cargos
SANTIAGO,CHILE.- El empresario multimillonario Sebastián Piñera, quien forjó su carrera política con una propuesta de derecha moderada que desafió a la línea dura cercana a Augusto Pinochet, y quien comienza hoy su aventura como mandatario chileno, no vaciló en dar a conocer su manera de “gobernar a Chile”, y tiene como su prioridad el ganarle la batalla a la delincuencia, la que no será delegada a un subsecretario, sino que será asumida por el “presidente de la República”.
En su plan de Gobierno, Piñera es claro, contundente: “Los problemas y desafíos de hoy exigen un presidente todo terreno, un presidente las 24 horas del día por siete días a la semana. Que se arremangue las mangas, que se haga cargo de los problemas y lidere las soluciones”.
A la par de esa encomienda, el nuevo mandatario tendrá una gran tarea que hacer en la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 27 de febrero, lo que hará que su Gobierno invierta gran parte de su periodo en levantar al país.
Pero la inteligencia y habilidad de este empresario de 60 años, está más que hiperactiva, y ya, a través de quien será su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, solicitó que algunos relevantes funcionarios del equipo de Michelle Bachelet permanezcan en sus puestos tras el cambio de mando de este día, con el fin de que colaboren en la pesada carga que será la reconstrucción de la devastada nación, lo que causa reticencia de las fuerzas de centro-izquierda que concluyen 20 años en el poder.
Los militantes de la Concertación plantearon, en diversos matices, que quienes se mantengan en el puesto en el nuevo Gobierno deben hacerlo por periodos limitados y con funciones claras
El primer cambio
Piñera decidió cambiar la imagen institucional que el Gobierno chileno empleaba desde hace 10 años por la del escudo nacional, anunció la próxima ministra portavoz, Ena von Baer.
“La imagen del escudo representa volver a nuestras raíces y se combina con la leyenda Gobierno de Chile en un diseño moderno que simboliza el espíritu de trabajo y el futuro, en un momento especialmente importante”, señalaron fuentes del equipo de Gobierno de Sebastián Piñera.
El escudo de Chile, que tiene en la parte inferior una cinta con el lema “Por la razón o la fuerza”, sustituirá a la imagen de un poliedro con los colores de la bandera chilena empleada desde la presidencia de Ricardo Lagos (2000-2006).
La ceremonia de traspaso del mando presidencial, que tendrá lugar hoy en Santiago y Valparaíso (sedes del Poder Ejecutivo y del Legislativo, respectivamente), será austera y no tendrá festejos.
Nada más recibe la banda presidencial de manos del presidente del Senado, Piñera viajará a Constitución, la localidad que resultó totalmente devastada por el terremoto y el tsunami de la semana antepasada.
Después de escuchar los testimonios de los damnificados, el nuevo mandatario encabezará allí la primera reunión de su gabinete con los ministros de las áreas más directamente implicadas en la reconstrucción, y está previsto que anuncie las primeras medidas de su plan “Levantemos Chile”.
Cuando tome el mando de un país de 17 millones de habitantes, Piñera ya tendrá dos retos importantes: reemplazar a Michelle Bachelet, que sale de la presidencia con una popularidad de 84%, y liderar la reconstrucción de Chile, donde varias zonas fueron devastadas por un temblor y un tsunami el pasado 27 de febrero.
Anota gol a un día de su asunción
Estadio de Escuela de Carabineros
El presidente boliviano Evo Morales (izquierda) y el presidente electo chileno Sebastián Piñera (derecha) jugaron un partido de futbol, a fin de mostrar solidaridad con las víctimas del terremoto y la voluntad de integración de sus países.
Acompañados de ex celebridades del fútbol chileno, como Marcelo Salas, Elías Figueroa y Carlos Caszely, Morales, conocido por su afición al fútbol, integró la escuadra de Piñera vistiendo la camiseta número 10, en tanto el empresario y político chileno se calzó la nueve.
Quedaron dos a cero. El primer gol fue Piñera y aunque tuvo varias ocasiones de marcar, el arquero y defensores no perdonaron su nuevo estatus presidencial y de manera democrática se esforzaron en frustrarle, al menos cinco veces.
La presidenta más popular
Michelle Bachelet
La primera mujer que ha gobernado Chile, entrega hoy el cargo. El terremoto amargó su despedida, pero su futuro sigue iluminado por una eventual candidatura y la elección para un nuevo mandato en cuatro años más.
Al comenzar su gestión, en 2006, Verónica Michelle Bachelet Jeria debió remar contra la corriente en un país donde pocos parecían tomarla en serio.
Cuatro años después, esta pediatra de 58 años parece haber despejado todas las incógnitas respecto de la presencia de una mujer en La Moneda, cuya aprobación, a mediados de 2007, no llegaba a 40 por ciento.
Su mandato partió resquebrajado por crisis heredadas, como la del Transantiago, el nuevo sistema de transporte público de la capital; casos de corrupción, como los dobles sueldos de altos cargos ministeriales, o los malos manejos en empresas estatales durante el Gobierno anterior.
Bachelet, que ya había mostrado su templanza durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando fue encarcelada y torturada junto a su madre y sufrió la muerte de su padre, un general opositor al golpe de 1973, derribó un obstáculo tras otro y se asentó como una gobernante respetada y querida.
La primera presidenta de Chile saldrá de La Moneda con el dolor de la catástrofe, pero políticamente ilesa y con una gran posibilidad de proyectar una candidatura presidencial para 2014.
Al final de su mandato, 84% de los chilenos aprueban la gestión de Bachelet, según una encuesta tomada después de la catástrofe por Adimark, una consultora vinculada a la derecha que midió mensualmente la popularidad de la mandataria desde que llegó a La Moneda, casa presidencial, en marzo de 2006.
En su plan de Gobierno, Piñera es claro, contundente: “Los problemas y desafíos de hoy exigen un presidente todo terreno, un presidente las 24 horas del día por siete días a la semana. Que se arremangue las mangas, que se haga cargo de los problemas y lidere las soluciones”.
A la par de esa encomienda, el nuevo mandatario tendrá una gran tarea que hacer en la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 27 de febrero, lo que hará que su Gobierno invierta gran parte de su periodo en levantar al país.
Pero la inteligencia y habilidad de este empresario de 60 años, está más que hiperactiva, y ya, a través de quien será su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, solicitó que algunos relevantes funcionarios del equipo de Michelle Bachelet permanezcan en sus puestos tras el cambio de mando de este día, con el fin de que colaboren en la pesada carga que será la reconstrucción de la devastada nación, lo que causa reticencia de las fuerzas de centro-izquierda que concluyen 20 años en el poder.
Los militantes de la Concertación plantearon, en diversos matices, que quienes se mantengan en el puesto en el nuevo Gobierno deben hacerlo por periodos limitados y con funciones claras
El primer cambio
Piñera decidió cambiar la imagen institucional que el Gobierno chileno empleaba desde hace 10 años por la del escudo nacional, anunció la próxima ministra portavoz, Ena von Baer.
“La imagen del escudo representa volver a nuestras raíces y se combina con la leyenda Gobierno de Chile en un diseño moderno que simboliza el espíritu de trabajo y el futuro, en un momento especialmente importante”, señalaron fuentes del equipo de Gobierno de Sebastián Piñera.
El escudo de Chile, que tiene en la parte inferior una cinta con el lema “Por la razón o la fuerza”, sustituirá a la imagen de un poliedro con los colores de la bandera chilena empleada desde la presidencia de Ricardo Lagos (2000-2006).
La ceremonia de traspaso del mando presidencial, que tendrá lugar hoy en Santiago y Valparaíso (sedes del Poder Ejecutivo y del Legislativo, respectivamente), será austera y no tendrá festejos.
Nada más recibe la banda presidencial de manos del presidente del Senado, Piñera viajará a Constitución, la localidad que resultó totalmente devastada por el terremoto y el tsunami de la semana antepasada.
Después de escuchar los testimonios de los damnificados, el nuevo mandatario encabezará allí la primera reunión de su gabinete con los ministros de las áreas más directamente implicadas en la reconstrucción, y está previsto que anuncie las primeras medidas de su plan “Levantemos Chile”.
Cuando tome el mando de un país de 17 millones de habitantes, Piñera ya tendrá dos retos importantes: reemplazar a Michelle Bachelet, que sale de la presidencia con una popularidad de 84%, y liderar la reconstrucción de Chile, donde varias zonas fueron devastadas por un temblor y un tsunami el pasado 27 de febrero.
Anota gol a un día de su asunción
Estadio de Escuela de Carabineros
El presidente boliviano Evo Morales (izquierda) y el presidente electo chileno Sebastián Piñera (derecha) jugaron un partido de futbol, a fin de mostrar solidaridad con las víctimas del terremoto y la voluntad de integración de sus países.
Acompañados de ex celebridades del fútbol chileno, como Marcelo Salas, Elías Figueroa y Carlos Caszely, Morales, conocido por su afición al fútbol, integró la escuadra de Piñera vistiendo la camiseta número 10, en tanto el empresario y político chileno se calzó la nueve.
Quedaron dos a cero. El primer gol fue Piñera y aunque tuvo varias ocasiones de marcar, el arquero y defensores no perdonaron su nuevo estatus presidencial y de manera democrática se esforzaron en frustrarle, al menos cinco veces.
La presidenta más popular
Michelle Bachelet
La primera mujer que ha gobernado Chile, entrega hoy el cargo. El terremoto amargó su despedida, pero su futuro sigue iluminado por una eventual candidatura y la elección para un nuevo mandato en cuatro años más.
Al comenzar su gestión, en 2006, Verónica Michelle Bachelet Jeria debió remar contra la corriente en un país donde pocos parecían tomarla en serio.
Cuatro años después, esta pediatra de 58 años parece haber despejado todas las incógnitas respecto de la presencia de una mujer en La Moneda, cuya aprobación, a mediados de 2007, no llegaba a 40 por ciento.
Su mandato partió resquebrajado por crisis heredadas, como la del Transantiago, el nuevo sistema de transporte público de la capital; casos de corrupción, como los dobles sueldos de altos cargos ministeriales, o los malos manejos en empresas estatales durante el Gobierno anterior.
Bachelet, que ya había mostrado su templanza durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando fue encarcelada y torturada junto a su madre y sufrió la muerte de su padre, un general opositor al golpe de 1973, derribó un obstáculo tras otro y se asentó como una gobernante respetada y querida.
La primera presidenta de Chile saldrá de La Moneda con el dolor de la catástrofe, pero políticamente ilesa y con una gran posibilidad de proyectar una candidatura presidencial para 2014.
Al final de su mandato, 84% de los chilenos aprueban la gestión de Bachelet, según una encuesta tomada después de la catástrofe por Adimark, una consultora vinculada a la derecha que midió mensualmente la popularidad de la mandataria desde que llegó a La Moneda, casa presidencial, en marzo de 2006.
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