Ideas
Sistemas de protección
Lamento que la pasada semana mi incapacidad ante la computadora impidiera que mandara la colaboración semanal, aunque, visto positivamente, algunos solitarios lectores me han comunicado que qué bueno que dejé descansar a los sufridos amigos que me hacen el favor de seguirnos, pero el suceso lo único que provocó es que, como en los juegos de baraja, me quedé con muchas cartas y ya no hallaba de qué escribir, porque los sucesos que comentamos cada semana, y es que las noticias son como las tortillas, si envejecen ya no saben bien, y más como cuando el suscrito, que no es ni ha pretendido ser periodista, se convierte en un simple opinador que tiene una charla con amigos todos los domingos.
Y así decidí olvidarme de la pasada semana y tratar de encontrar algún sistema que permita a quienes militamos en el glorioso infelizaje resistir el embate de anuncios electorales que se nos avecina, porque, aunque usted no lo crea, aún no empiezan las campañas y tenemos que estar conscientes de que en la gran mayoría —porque alguna excepción habrá— de las declaraciones que escucharemos serán mentiras o si usted quiere verdades a medias; así, si elogian a alguno, casi siempre el elogiado será del partido del que elogia; en tanto que las críticas suelen ser más divertidas por la maldad que tienen, pero, a diferencia de los elogiadores, los que atacan no siempre son del partido del atacado, puede haber fuego amigo, esto es que los ataques vendrán de un copartidario, pero lo normal es que los ataques vengan del enemigo; por sanidad mental, yo trato siempre de no hacer caso a ninguna afirmación o acusación porque, parafraseando al extrañado Héctor Morquecho, la política no es lo que parece, puede ser peor. Donde sí es más difícil mantener la ecuanimidad es si usted gusta de escuchar radio o ver televisión, porque, por más sensatos que le puedan parecer los analistas y comentaristas, no podrá evitar los muchísimos anuncios oficiales adicionados con los de las campañas: son tantos que verdaderamente es imposible evadirlos, porque aparte son en todas las estaciones y lo hacen con tanta maldad que podría asegurar que los ponen al mismo tiempo; para esto recomiendo que consiga música que le guste a usted y escúchela todo el tiempo; total, faltan nada más 12 meses. Pero donde es más difícil es en la tele: si tiene televisión de paga, trate de ver las películas de los canales extranjeros, ahí verá menos anuncios electorales o gubernamentales, que, aunque el origen sean sus impuestos y los míos, mantienen el mismo nivel de enfadazón. Donde sí va a estar la cosa del perrazo es si usted tiene sólo televisión nacional, porque será una tortura, como lo es para mí, o puede tratar de que le gusten y, si lo logra, se va a divertir mucho, porque va a tener material a puños.
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