Roberto “Beto” Ávila, un pelotero gigante
Por Salvador Cosío Gaona
El pelotero mexicano Roberto Francisco Ávila González destacó en el beisbol profesional de Cuba, México, Venezuela y en las Grandes Ligas. El infielder veracruzano logró importantes hazañas en el máximo nivel mundial de la pelota profesional por equipos y alcanzó el culmen de su trayectoria en el año de 1954 al conquistar el título de campeón bateador en la Liga Americana jugando para los Indios de Cleveland, tras obtener un porcentaje al bate de .341, habiéndose insertado al libro de los récords al lograr ser el primer pelotero de origen hispano en obtener un título de bateo en Ligas Mayores, siendo muy destacable que jugó casi toda la temporada con un pulgar roto.
El prodigioso Roberto “Beto” Ávila inició su carrera como pelotero profesional en el año de 1943 jugando con los Pericos de Puebla en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), la máxima organización del beisbol profesional de verano en México, debiendo recordarse que en esa su primera campaña como jugador profesional obtuvo el título de Novato del Año.
Con el equipo de Puebla fue campeón bateador de la LMB en 1947 alcanzando un alto promedio de .346 y tras otro par de campañas con los poblanos lo descubrieron los buscadores de la Gran Carpa y se lo llevaron en 1949 a los Indios de Cleveland de la Liga Americana, conjunto en el que jugó 10 temporadas entre ese año 1949 y 1958, siendo como se anotó, en la campaña 1954 cuando obtuvo el trofeo al “Champion Bat” del moderno circuito. Ávila González también jugó entre 1959 y 1960 para Orioles de Baltimore, Medias Rojas de Boston y Cerveceros de Milwaukee.
“Beto” Ávila nació en el Puerto de Veracruz el 2 de abril de 1924, tenía 25 años al debutar en Ligas Mayores con los Indios de Cleveland el 30 de abril de 1949, jugando contra los Tigres de Detroit, siendo su última aparición en Grandes Ligas el 29 de 1959 jugando para los entonces llamados Bravos de Milwaukee que enfrentaron a los Dodgers de Los Ángeles.
En su brillante carrera como ligamayorista de 11 temporadas generó un porcentaje de bateo de .281, pegando mil 296 hits de los cuales 185 fueron dobles, 35 triples y 80 bambinazos , consumando 78 robos de base habiendo recibido 561 ocasiones la base por bolas en los mil 300 juegos en los que participó en las Ligas Mayores, debiendo además destacarse que fue un excelente jugador como infielder desempeñándose casi siempre como titular de la segunda base, pero cubriendo además en ocasiones tanto la primera como la tercera almohadillas y la posición de parador en corto, siendo siempre atingente con su guante.
En 1960 el genial pelotero veracruzano regresó a la LMB y fue pieza clave en el campeonato que ese año obtuvieron los Tigres Capitalinos, dirigidos entonces por el célebre Guillermo “Memo” Garibay, el gran timonel quien como sabemos fue también después un muy destacado mánager de los Charros de Jalisco a quienes hizo campeones en 1967.
>Roberto “Beto” Ávila jugó toda la temporada en 1960 de la LMB con los Tigres y dio muchas muestras de su grandeza, al terminar con un promedio de .333 y jugando en forma espectacular la segunda base, participo en 127 juegos con 424 turnos al bate, pegando 19 dobles, ocho triples y 10 vuelacercas, robándose 15 bases y recibiendo 144 bases por bolas.
A medio siglo que el muy destacado pelotero jarocho Roberto “Beto” Ávila ganara aquel histórico título de bateo en la Liga Americana jugando para Cleveland, el beisbol mexicano le rindió un merecido homenaje, ya que la temporada 2004 de la LMB, el máximo circuito veraniego profesional beisbolero en México, lo honró llevando su nombre.
Ávila está en el Salón de la Fama del beisbol mexicano desde el año 1971, reconocido como un enorme impulsor del beisbol en México y un gran exponente de la calidad del beisbol mexicano en el mundo, fue presidente de la LMB y es ampliamente reconocido por haber sido el impulsor del beisbol mexicano en el extranjero, en su honor lleva su nombre el estadio de los actuales Tigres de Cancún, en esa ciudad del Estado de Quintana Roo.
Una vez retirado de la actividad profesional como pelotero, Roberto Ávila decidió participar en la vida política de México y destacó como un gran presidente municipal del Puerto de Veracruz, cargo que ejerció durante el trienio 1976 a 1979, este pelotero gigante falleció en el mismo bello puerto jarocho que lo vio nacer, a causa de complicaciones provocadas por la diabetes, teniendo entonces 80 años de edad, el 26 de octubre de 2004.
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