Ideas

Recuerdo contrastante

A principios de la década de los 70, el equipo de la Universidad de Guadalajara perdió la final de Segunda División ante los Tigres del Universitario de Nuevo León, y por lo tanto se quedó en la orilla de lograr el ascenso a la Primera. A pesar de ello no se quedaron con las ganas de llegar el máximo circuito, y para la temporada 74-75 adquirieron la franquicia de los Diablos Blancos de Torreón, uno de los conjuntos que la coahuilense ciudad tenia.
El entonces rector Rafael García de Quevedo depositó en el arquitecto Jorge Enrique Zambrano Villa su confianza para que diseñara el equipo y justificar la inversión que se hizo para tener al equipo de la máxima casa de estudios de Jalisco en la Primera División profesional, el arquitecto Zambrano conocedor del tema se rodeó de gente capaz y los resultados no tardaron en darse. El gran Ángel Fernández llamó a los Leones Negros como “el equipo que nació grande”, el narrador no lo pudo haber dicho mejor. El director técnico, el brasileño José Gómez Nogueira, recibió de la directiva un auténtico trabuco formado a base de chequera, arrancándole a otros equipos a las joyas más preciadas de su corona, como Nacho Calderón a Chivas, Ricardo Chavarín al Atlas, Daniel “Gigio” Montes de Oca, Marcos Rivas Barrales y “el actor” Rubén Anguiano al Atlante; Manuel Nájera de Zacatepec, del León a Héctor Santoyo, después a  Rafael “Chepe” Chávez y Manuel Guillen, otros que ya estaban de gran calidad como Belisario López, Francisco “Médico” Ríos, Raúl Ángel Mañón, Jorge García Rulfo y desde luego sus cuatro grandes refuerzos brasileños Roberto da Silva, Nené, Jair Pereira y Carlos de Jesús Eusebio. El actual fenómeno de los Leones Negros que es algo muy distinto al original, primero porque este equipo no es ganador; ojalá que este conjunto y su directiva sepan responder a esta confianza y que algún día vuelva la UdeG a la Primera División antes que vuelva a desaparecer.
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