Ideas

Prudencia y condescendencia

El tránsito por la era industrial hacia la tecnológica vale, por no decir exige, seria reflexión para vivir  sus consecuencias: la simplificación aunada a la precisión afecta sin excepción a quienes habitamos el Planeta.

Lo irónico es la aparente comprensión  por parte de los infantes con significativo contraste por los adultos. En los primeros surge la exasperación, mientras a los mayores aún no alcanza la humildad para darle justo valor al  conocimiento; puesto que es el conocimiento el impulsor imprescindible para operar y disfrutar de instrumentos emergentes e imprescindibles desde los años noventa a la mañana de este día, puesto que para la tarde habrá surgido algún sustituto con elementos adicionales y aplicaciones que para unos son facilidad de acceso al mundo contemporáneo sin fronteras y para otros desafío de comprensión.

Seguramente algunos hemos hecho tales consideraciones al respecto, pero pocos habrán encontrado la prodigiosa fusión de experiencia y conducta portadora de beneficio sinérgico con las nuevas generaciones jóvenes, infantiles, con aquellas pasadas súbitamente convertidas en seniles con poco qué aportar a la tecnología; como no sean recuerdos generalmente estériles o incompletos ante la comparación extraída de una fuente electrónica portadora de información enriquecida por múltiples fuentes del saber.

El saber ha sido durante los últimos 500 años, motivador del pensamiento y reacciones humanas por medio de la imprenta, como ahora apunta ser la electrónica, donde la distancia es un elemento intangible y de simultáneo acceso potencial para siete mil 500 pobladores de la tierra, potencializados al descubrimiento y creatividad generadora de intercambios de proporciones inimaginables.

El desempeño del simple espectador es inadmisible y reclamo exigente de incorporación al conocimiento creativo, a su vez conducente a ser parte de la innovación. En ese contexto la Ciudad Creativa Digital  —CCD— es mucho más que el aprovechamiento de espacios y edificaciones. La Ciudad Creativa Digital obedece al imperativo de la modernidad visionaria, con la cual acceder al desarrollo de mentalidad visionaria en los habitantes de Guadalajara y es toda una vertiente amplia de posicionamiento de México, como lo ha manifestado el presidente Peña Nieto en sus comparecencias públicas dentro y fuera del país .

El punto de partida es el enunciado: CCD, hasta ahora sujeta a la obtención de recursos económicos. A cambio, abundan los elementos factibilidad: ubicación geográfica, reconocimiento internacional, conectividad, universidades potenciales aportantes de recursos humanos y muchos elementos más de promoción para el convencimiento de inversionistas de cualquier sitio del mundo; el proyecto alcanza internacionalidad.

Desde todo punto de vista, 2014 es año crucial. La visión local sólo es concebible con óptica de gran angular. Cualquier reducción es punible miopía. Comprender y hacer entender los principios que hoy rigen al mundo es un deber compartido por la sociedad y deber de la autoridad. El egocentrismo político es inadmisible, así como la ambición limitada al partidismo triunfador del año 2015.

Dios nos guarde de la discordia.

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