Ideas

La probeta de Miguel

Los primeros convocados del año para formar parte de la Selección mexicana fueron dados a conocer y se enfrentarán a Corea del Sur el miércoles en San Antonio, Texas. El objetivo es observar a algunos de los requeridos, pues otros como Corona, Peña, Montes, Layún, Maza, Rafa Márquez y Peralta difícilmente quedarán fuera de la lista final, y otros pocos sólo irán de shopping.

Más novedades, que se suman al largo desfile de futbolistas que han sido llamados en el último año, incluyendo a los “europeos”, sin haber podido formar un equipo que juegue bien y entregue los resultados esperados. Por eso la búsqueda continúa.

No se puede augurar ni el éxito ni el fracaso de quienes esta vez son las “caras nuevas”: Rodolfo Pizarro, Alan Pulido, José Juan Vázquez, Miguel Ángel Ponce o Enrique Pérez, máxime cuando se tienen tan sólo 90 minutos para mostrarse. No sobra tiempo, porque tres años del proceso se tiraron a la basura.

Ha sido todo sumamente cambiante: del Tri que empezó el Hexagonal, al de la Copa Confederaciones, al de la Copa Oro, al de los últimos días de “Chepo”, al de Vucetich, y al del Repechaje.

En la “fiebre de los naturalizados”, a Lucas Lobos lo llamaron y no jugó un sólo minuto, el Chaco Giménez parecía que llegaba para quedarse y lo borraron, Damián Álvarez nunca se supo que hacía en el Tri, a “Sinha” lo desempolvaron para jugar el Repechaje. Y como estos casos hay muchos más, sólo por citar a algunos: Huiqui, Jair Pereira, Márquez Lugo, Omar Bravo, Adrián Aldrete y Jonathan Orozco. Vaya usted a saber si algunos de ellos vuelven a ser tomados en cuenta como en alguna ocasión efímeramente lo fueron.

Por estos antecedentes, ahora cada que se da una nueva convocatoria, como que ya da lo mismo quiénes estén. La curiosidad es quiénes se quedarán y por cuanto tiempo.

Partidos moleros

El entorno es el rutinario de los intrascendentes “partidos moleros”, que salvo la recaudación económica, no se sabe a ciencia cierta el objetivo deportivo que se pretende. La visoría de jugadores es la interminable obviedad, que sustenta estas confrontaciones ante rivales que no representan mayor exigencia.

El ambiente es relajado, incluso se disfruta el viaje al no haber una presión que incomode. El resultado tiene poca repercusión, como si se caminara sin llegar a ningún lado.

Las añejas y reiteradas críticas a los partidos de “preparación” que disputa la Selección, se basan en que los sparrings que le consiguen al Tri le aportan poco para su preparación, pues difícilmente se enfrenta a selecciones de alta jerarquía. Lo curioso es que otros equipos de la Concacaf si lo han podido hacer.

Corea del Sur también estará en Brasil 2014, pero está claro que no es del nivel de España, Italia, Alemania o Argentina.

En el inicio del año mundialista, la mayoría de los equipos calificados afinan los últimos detalles para llegar en su punto óptimo. Otros ya sólo cuidan que sus grandes figuras no sufran alguna lesión, como lamentablemente les aconteció a Radamel Falcao y a Humberto Suazo.

Sin cuadro base

A seis meses de la Copa del Mundo el Tri ni siquiera tiene un cuadro base, sigue en la etapa de observación. Está en franca desventaja por el rezago que provocaron los cambios de entrenadores que obligaron las circunstancias.

El reto del “Piojo” es armar un equipo que le pueda topar a los gallones, pero por ahora simplemente no se ve por dónde.    
 

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