Ideas

La maestra

Aunque las críticas contra Elba Esther Gordillo, la lideresa “vitalicia” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), son añejas, en las últimas semanas se han recrudecido y prácticamente todos los días hay alguna nota desfavorable sobre la “maestra”, de manera que podemos pensar que –ojalá— su fin se acerca. En febrero de este año, el relator de la ONU para el Derecho a la Educación, Vernor Muñoz, realizó una visita de 11 días a nuestro país para conocer de cerca el sistema educativo, y, entre sus hallazgos, dicho luego de una manera hasta elegante, encontró una “simbiosis atípica” entre la Secretaría de Educación Pública y el SNTE. Claro que esa expresión, para quienes conocemos cómo se las gastan en el sector educativo, nos revela que el relator de la ONU logró entrevistarse con personas que le dijeron efectivamente lo que pasa y cómo esa “simbiosis atípica” afecta el desarrollo educativo nacional. El funcionario habló de eliminar las cuotas “voluntarias”; de que se debe incrementar el presupuesto en ese rubro hasta alcanzar 8% con relación al PIB (como lo manda la Ley General de Educación); y de la complejidad en la gestión y la administración de la educación en el ámbito federal y en los estatales. También “reprobó” los niveles de deserción, la prueba ENLACE, el rezago educativo en los adultos y hasta la venta de comida chatarra. Por supuesto, no necesitamos que venga alguien de afuera a decirnos cómo están las cosas, las conocemos, pero quiero entender que la realidad, valorada y externada por un relator de la ONU, puede “ayudar” al Gobierno federal a “tomar medidas”, aun cuando la maestra diga que (Felipe) Calderón no la puede quitar porque él no la puso. Elba Esther Gordillo, a su paso por el SNTE y por los partidos políticos, PRI y ahora Nueva Alianza, más los acuerdos y negociaciones con actores del PAN e incluso del PRD, ha acumulado odios y rencores (envidia también) en gente poderosa que hasta ahora no ha querido ponerle un “hasta aquí”, amén del rechazo social generalizado que si bien es desestimado por la clase política (y ahí están los ejemplos de Humberto Moreira y Enrique Peña Nieto que abiertamente hablan de aliarse con ella con miras a las elecciones de 2012) seguramente quedará expresado en las elecciones del año entrante. De ahí el efecto perverso que generó la información emitida por ella misma con respecto a Miguel Ángel Yunes (su ex socio político) y el ISSSTE, así como las denuncias derivadas de esto ante la PGR; la respuesta del mismo Yunes y la recolección en varios medios a través de políticos y columnistas, de la “historia negra” de la mandamás del SNTE y su poder fáctico. Creo y quiero pensar que algo se mueve y que sus días están contados, pero también quiero creer que quien finalmente la supla no será un gato pardo.
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