Ideas

Falta visión comunitaria

Parece que no hay condominio en nuestra gran metrópoli que no tenga problemas con alguno de sus residentes. Unos, por no pagar las cuotas y otros, por no participar ni en las juntas ni en los compromisos por mejorar las condiciones de las áreas en común.

Hay quienes se quejan de que los pleitos, discusiones y conflictos se ponen a la orden del día. De que somos envidiosos y faltos de visión a la hora de trabajar en grupo, es una realidad indiscutible.

El señor Ruiz tiene dos años de no asistir a ninguna junta y no paga su cuota de mantenimiento, hace más o menos cuatro años fue secretario de la junta de Gobierno de su condominio y acabó tan enojado y en pleito con varios condóminos, que ahora ni se quiere parar en ningún evento y ya está buscando vender su residencia, que construyó con tantas ilusiones y sacrificio.

La señora Carrasco rompió la relación con sus vecinas y antiguas amigas por las intrigas y chismes que se generaron en las juntas de condóminos, que en vez de tener un carácter puramente administrativo resultaron ser centro de quejas, calumnias y acusaciones.

Algunos sociólogos reconocen que es el punto débil de nuestra manera de ser. Simplemente no sabemos estar en grupo y trabajar en armonía. Porque igual pasa que los que verdaderamente se preocupan por el bien común y por realizar las tareas necesarias son unos cuantos y resultan ser los mismos. Lo mismo que pasa en muchas asociaciones civiles y grupos pastorales. Sólo en muy pocos miembros cae el peso del trabajo, los demás se hacen como que trabajan y a la mera hora no hacen nada. Les falta un sentido pleno del compromiso y la responsabilidad.

Y qué decir de las copropiedades y las agrupaciones en las que son muchas cabezas y tienen que ponerse de acuerdo para tomar decisiones. Bueno, eso sí que acaba por ser un problema mayor, porque será muy difícil que se llegue a una buena comunicación y sin pleitos y discusiones.

El caso es que nos falta mucho camino por recorrer para tener una visión de equipo y un sentido de compromiso equitativo, responsable y consistente.

Es fácil caer en la justificación de que así somos muchos mexicanos: impuntuales para pagar, marrulleros con las tareas que directamente no nos benefician y, claro, sensibles y proclives a pelearnos, a hablar mal de los demás y a guardar resentimientos y rencores.

Por eso es de aplaudir que sí existan condominios y agrupaciones que ya hayan logrado superar nuestras polémicas tendencias.

Dicen que para que las cosas funcionen bien en México se necesita de una mano dura y hasta autoritaria, para que sí se hagan las cosas. De lo contrario, se atoran y acaban por no hacerse.

Sería interesante conocer si hay algún club o condominio que ya tenga un bajo índice de deudores y un mínimo razonable de ausentismo y compromiso. Si lo conocen,  díganos en dónde para preguntarles cómo le hicieron.
 

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