EVALUACIÓN JUSTIFICADA
La educación en México ha sido siempre tema de discusión, sea como bandera de políticos en campaña, como critica a la ambición y longevidad de los líderes sindicales o como queja por su escasa y dispersa aportación al desarrollo de las recientes generaciones.
Ahora lo sigue siendo con motivo de la oposición férrea de algunos grupos de profesores que se oponen a la evaluación prevista por la apenas estrenada reforma educativa.
Recién llegado a la presidencia de la república, llamó poderosamente la atención la acción decidida y prioritaria de Enrique Peña Nieto para sacudir hasta las entrañas al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y procesar penalmente a su líder moral de muchos años Elba Esther Gordillo Morales.
La sorpresa y contundencia hicieron evidente la planeación concertada de ese acto como el primero dentro de la estrategia oficial para mejorar de fondo la educación en México, luego le siguió la propuesta y aprobación en lo general de la reforma educativa, una de las más grandes y mayormente aplaudidas por los mexicanos.
Sin embargo, la tardanza en aterrizar las modificaciones en las leyes secundarias, generó la reacción tardía pero persistente de los grupos radicales de maestros principalmente afiliados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quienes con protestas y marchas intentaron infructuosamente impedir la consolidación legal de la reforma.
Luego de formalizada la estructura legal del nuevo esquema educativo del país, gradualmente se han venido implementando las nuevas figuras contempladas como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación que dentro de sus primeras acciones emitió la calendarización para la primera evaluación magisterial, la que extrañamente fue suspendida por el Gobierno federal sin especificar las causas, aunque dada la cercanía del proceso electoral intermedio, es fácil inferir que ese fue el motivo.
Sin embargo, si bien la suspensión temporal facilitó la realización pacífica de los comicios en todo el territorio, también incentivó las ilusiones de los profesores detractores que han encontrado nuevos bríos para combatir desde la evaluación la totalidad de la reforma.
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Oficialmente Se ha reconocido que no fue posible evaluar a los maestros de Oaxaca, Michoacán y Chiapas y que en contrario, en su conjunto los participantes evaluados superan el 70 por ciento, resultados que se repiten ahora en una diversa categoría y propósito.
La actualización de los mentores, como toda la actividad económica, productiva o de cualquier ámbito, no sólo es necesaria, sino que se hace hasta obligatoria para sostener la vigencia de nuestro país en el competitivo concierto internacional, de tal forma que revisar frecuentemente los procesos de evaluación para aspirar a un cargo mejor o simplemente para comprobar el conocimiento básico para ejercer la profesión, no debe ser motivo de protesta y menos aún pretexto para no asistir al aula dejando sin clases a un gran número de alumnos.
La importancia de la función magisterial debe ser revalorada, su trascendencia para el desarrollo futuro del país debe comenzar a ser reconocida especialmente por quienes a ello se dedican, no podemos llegar al absurdo de tener que enseñar eso a quien enseña.