Día internacional de la mujer
No sé si esto me pasa sólo a mí o si se trata de algo que esté más extendido. Y es que, cada que llegamos al 8 de marzo, encuentro que es de plano muy complicado tomar una postura frente a lo que se denomina “Día Internacional de la Mujer”.
Le digo que se me hace complicado puesto que propiamente no está del todo claro qué es lo que se pretende que haga la gente con este día. De entrada, me parece del todo razonable que las felicitaciones a las mujeres por ser mujeres pueden convertir la fecha en un asunto trivial y que perpetúa el status quo que tiene a la mayoría de las mujeres en un estado de desventaja frente a la mayoría de los hombres.
Así una vez que descontamos piropos y frases de felicitación encontramos que otros términos que se usan para días internacionales como el celebrar son erróneos, pues tampoco son aplicables pues no se trata ni de una fiesta ni de una lucha acabada puesto que siguen habiendo muchas injusticias por atender.
Pues bueno, seguimos ahora con otro que parece ser mucho más acertado, y es que se pide conmemorar ese día. Sin embargo, de atender la definición gramatical por la Real Academia de la Lengua encontramos que conmemorar puede ser tanto recordar solemnemente algo o a alguien – que tal sería el caso si lo que se recordara fueran las mujeres trabajadoras que murieron en el incendio de fábrica de Camisas Triangle – pero también puede ser entendido como la celebración de una fecha importante, que, ya habíamos quedado se trata de una concepción errónea puesto que no es festividad. Quienes critican el término afirman que simplemente recordar es quedarse cortos ante la urgente necesidad de cambio.
También es recurrente el rechazar la solemnidad de los eventos y en lugar de esto ver llamados a la acción o a luchar junto con las mujeres por un mayor acceso a derechos que permitan gozar de una situación jurídica, si bien no idéntica, por lo menos asimilable en planos de equidad a la que gozan la mayoría de los hombres. Esto ya suena mejor pero encuentra contradicciones con aquellas personas que, en ejercicio de su libertad, no desean valores que usualmente se proponen como el dejar de ser amas de casa para integrarse al mundo laboral, que no entienden el derecho al aborto como algo distinto al homicidio de su bebé, entre otras.
Así, siendo tan complicado comprender con total precisión qué es lo que se espera de mí ante el Día Internacional de la Mujer, optaré por permitirle a cada una de las personas que manifieste lo que mejor le venga en gana, sin necesidad de aleccionar sobre temas que no son ni dogmas ni afirmaciones absolutas, por lo que si usted quiere festejar tendrá todo mi respeto; si usted quiere celebrar tendrá todo mi respeto; si usted quiere conmemorar tendrá todo mi respeto; y finalmente, si usted quiere luchar tendrá todo mi respeto.