Ideas

* Inestabilidad

Como dicen que dijo el ranchero: “¿Pa’ qué echar tanto brinco, estando el suelo tan parejo…?”.

Si destituyendo a Chepo de la Torre como técnico nacional se subsanaran como por arte de magia las carencias, y se resolvieran en definitiva todos los problemas del futbol mexicano, sería una necedad seguir aplazando, sine diae, esa medida. Si designando para sustituirlo a cualquiera de los entrenadores cuyos nombres se barajan como opciones (Luis Fernando Tena, Vucetich, el “Piojo” Herrera, el “Loco” Bielsa…) a partir de que la demanda de “¡Fuera Chepo!” se convirtió en un clamor generalizado, se tuviera una razonable garantía de que los resultados de la eliminatoria mundialista –por señal, el compromiso inmediato más serio y trascendental  para el “Tri”— mejorarían de inmediato, de manera sustancial, lo mismo.

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Sin embargo, sin dejar de reconocer que el desempeño futbolístico de la Selección fue uno (luz) en la primera etapa de la era del actual técnico nacional, y otro (sombra) de unos meses a esta parte, también hay que admitirlo: las mediocres actuaciones y los pobres resultados del “Tri” en la eliminatoria, primero; en la Copa Confederaciones y el Mundial Sub-20, después, y en el debut en la Copa Oro, apenas el domingo, reflejan fielmente la realidad del futbol mexicano actual.

¿Que el futbol mexicano ha experimentado un crecimiento cualitativo nada despreciable en los últimos años…? Ciertamente. Empero, eso no significa que las potencias del deporte se hayan estancado, ni que los vecinos del área geográfica –esos que cada vez con más frecuencia se ponen a las patadas con el antiguo Sansón de la zona— no hayan experimentado, también, una mejoría significativa. Los futbolistas de Estados Unidos, Honduras, Costa Rica y ahora hasta de Panamá, están demostrando, con hechos, que también ellos son hijos de Dios.

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En todo este estira y afloja entre los aficionados que cada vez más enfáticamente exigen la destitución de Chepo de la Torre, y los dirigentes de la Federación y del Comité de Selecciones Nacionales empeñados en defenderlo a cuerpo limpio, hay un solo elemento que desequilibra la balanza, en teoría, a favor de los primeros: la presión que hay sobre el técnico nacional ha repercutido en inseguridad e inestabilidad anímica de los jugadores.

Es probable que Chepo, en el aspecto sicológico, haya perdido liderazgo en la Selección… Y aunque los jugadores juren que no, su desempeño proclama que sí.
 

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