Ideas

* Contra 12

Pase lo que pase en el siguiente capítulo de la historia que está escribiendo en el Mundial de su categoría, en Colombia, la Selección Sub-20 de México ya hizo algo notable: ganar un partido... en series de penales.
* De hecho, fue notable, antes de llegar a esa instancia suprema en el encuentro por el pase a cuartos de final, ante Camerún, haber tenido la entereza anímica y los recursos futbolísticos necesarios para levantarse de la lona. Lo normal hubiera sido, habida cuenta de que el gol en contra cayó en el minuto 78 de partido, bajar los brazos, maldecir a la suerte... y preparar la frase que debería publicarse, entrecomillada, en los periódicos del día siguiente, un poco como síntesis y un mucho como desahogo por la trastada del destino que estaba en vías de consumarse. * Ahora bien: aunque la victoria sobre Camerún fue justa, porque los mexicanos habían generado arribos a la zona de definición, que se malograron porque a la hora de la verdad los atacantes enseñaron la cruz de la parroquia, es de justicia reconocer que el desempeño de los pupilos de Juan Carlos Chávez distó mucho de ser convincente. En el medio campo, sobre todo, era notoria la incapacidad de los tricolores para retener el balón, para hacerlo circular criteriosamente y para buscar las vías de acceso a la zona de definición... Los cameruneses, en ese aspecto, mostraron más idea y más recursos. * Estimulados, unos porque parecieron romper el maleficio de los penales —aunque haya sido, principalmente, por lo chambón que salieron los cameruneses para esos menesteres—, otros porque aprobaron el examen de un partido contra Costa Rica que se complicó sobremanera cuando los ticos dieron la voltereta al marcador y llegaron a tener en la lona a los anfitriones del certamen, antes de que los Cafeteros aplicaran de nuevo “la ley de la tortilla” a la registradora, México y Colombia se enfrentarán en la siguiente fase. Prueba de fuego, en efecto, para el “Tri”, a partir de la premisa de que ser local, en estas competencias, equivale a jugar con 12... y a veces con 13, como supuestamente sucedió en el Colombia-Costa Rica del martes, cuando el silbante —al decir de las malas lenguas— aplicó la vieja e infalible fórmula de “En las claras, lo que es; en las dudosas... a favor del público”.
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