- “¿Qué hacemos...?”
Escena imaginaria: un platillo volador, atraído por la forma del Estadio de las Chivas, aterriza en “El Bajío”. Uno de sus ocupantes —marciano, supongamos— sale de la nave a inspeccionar los alrededores. Aborda al primer terrícola que se encuentra.
— ¿Qué es eso...? —pregunta, apuntando hacia los edificios que sobresalen a corta distancia, hacia el Poniente.
— Los departamentos en que se alojaron los atletas que participaron en los Juegos Panamericanos de 2011: los mejores de la historia, por si lo ignoras.
— ¿Y quién los habita actualmente?
— Nadie. Desde que terminaron los Juegos, están en el desuso total.
— ¿Por qué...?
— Porque se decidió que aquí no debería haber complejos habitacionales: es zona de recarga de los mantos freáticos con las aguas pluviales, y sería complejo y costoso el manejo de las aguas residuales.
— Entonces, si el lugar es inhabitable, ¿por qué construyeron los edificios...?
— Mira, mejor déjame explicarte qué es este otro edificio: se trata de un estadio de futbol, y sirve para...
-II-
El tema del destino de la malhadada Villa Panamericana se debate actualmente en Zapopan. Hay quienes se pronuncian, de plano, por la demolición de los edificios. La autoridad municipal descarta que pueda autorizar nuevos desarrollos habitacionales en la zona... Se recuerda que la Villa Panamericana se construyó ahí, porque Su Majestad Mario Vázquez Raña reprobó el proyecto de la autoridad municipal, de hacerla a inmediaciones del Parque Morelos para impulsar el repoblamiento del Centro de Guadalajara. El capricho del reyecito de los Juegos Panamericanos, más la tibieza de las autoridades, más el oportunismo de los vivillos que —recordando que “a río revuelto, ganancia de pescadores”— advirtieron la posibilidad de obtener un lucro significativo, arrojaron, como resultado final, el manejo indebido de fondos de Pensiones del Estado, el desastre ecológico que fue la Villa, y el monumento a la irresponsabilidad, la estulticia y la avaricia que es ese espectacular (e inútil) complejo de edificios.
-III-
De vuelta al diálogo inicial, enterado de para qué sirve el estadio de futbol, el extraterrestre, mirando de nuevo hacia la efímera Villa de “los mejores Juegos Panamericanos de la historia” (exactamente lo mismo que se había dicho de todos los anteriores), lanza una última pregunta.
— Ustedes, terrícolas, se hacen llamar “homo sapiens”... Lo de “homo” lo entiendo. ¿Podrías explicarme lo de “sapiens”...?