Entretenimiento
Zoé recapitula su pasado en su onceavo aniversario en la música
A 11 años de haber iniciado en el rock nacional, el grupo recuerda con bromas los errores cometidos, pero reconocen que esos mismos los han llevado al lugar donde están
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando fueron más jóvenes cometieron muchos errores. Ahora que
Zoé cumple 11 años de existencia, recapitula aquel pasado en el que pecaban de ingenuos.
“Cuando uno es joven y disperso comete muchas estupideces, pero al mismo tiempo estamos seguros de que todos esos errores nos han llevado al lugar en el que ahora estamos”.
León Larregui, voz y autor intelectual de las letras, dice con un tono entre divertido y fustigador: “No debimos firmar con Sony... no debimos regalar nuestra música, je, je”.
Aunque a la distancia lo recuerdan entre bromas, el comienzo de la banda realmente fue árido. Ellos lo describen como un “desierto” que tardaron unos nueve años en atravesar hasta llegar a lo que hoy es un terreno fértil en el que sus canciones son éxitos radiales y sus conciertos llaman multitudes de 10 mil personas.
“Fue un tiempo difícil no sólo para nosotros sino que en general el ambiente del rock mexicano vivía una sequía en la que, no había muchos lugares para tocar”.
El año pasado, justo cuando cumplieron diez años, el éxito de su disco “Memo Rex” les consiguió no sólo la popularidad masiva, sino el suficiente dinero para vivir tranquilos.
“Antes, todos teníamos que buscar otros trabajos que nos dieran la estabilidad que necesitábamos para seguir en la música”.
Finalmente, el dinero hizo la diferencia al momento de grabar su nuevo disco llamado Reptilectric: hubo suficiente financiamiento para nuevos instrumentos en el área electrónica, hubo presupuesto para rentar una cabaña en San Francisco, Nayarit, hubo dinero para mezclar el disco en Los Ángeles.
La diferencia sólo fue monetaria. Larregui señala: “Las rolas tienen el mismo alma; algunas siguen la línea de metáforas cósmicas”.
“Cuando uno es joven y disperso comete muchas estupideces, pero al mismo tiempo estamos seguros de que todos esos errores nos han llevado al lugar en el que ahora estamos”.
León Larregui, voz y autor intelectual de las letras, dice con un tono entre divertido y fustigador: “No debimos firmar con Sony... no debimos regalar nuestra música, je, je”.
Aunque a la distancia lo recuerdan entre bromas, el comienzo de la banda realmente fue árido. Ellos lo describen como un “desierto” que tardaron unos nueve años en atravesar hasta llegar a lo que hoy es un terreno fértil en el que sus canciones son éxitos radiales y sus conciertos llaman multitudes de 10 mil personas.
“Fue un tiempo difícil no sólo para nosotros sino que en general el ambiente del rock mexicano vivía una sequía en la que, no había muchos lugares para tocar”.
El año pasado, justo cuando cumplieron diez años, el éxito de su disco “Memo Rex” les consiguió no sólo la popularidad masiva, sino el suficiente dinero para vivir tranquilos.
“Antes, todos teníamos que buscar otros trabajos que nos dieran la estabilidad que necesitábamos para seguir en la música”.
Finalmente, el dinero hizo la diferencia al momento de grabar su nuevo disco llamado Reptilectric: hubo suficiente financiamiento para nuevos instrumentos en el área electrónica, hubo presupuesto para rentar una cabaña en San Francisco, Nayarit, hubo dinero para mezclar el disco en Los Ángeles.
La diferencia sólo fue monetaria. Larregui señala: “Las rolas tienen el mismo alma; algunas siguen la línea de metáforas cósmicas”.
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