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Zoe Saldana, con la crítica a sus pies

La vida de Zoe Saldana está llena de paralelismos

LOS ÁNGELES,ESTADOS UNIDOS.- La actriz ha tenido suficiente sabiduría para poder elegir los proyectos más benéficos para su trayectoria.

La vida de Zoe Saldana está llena de paralelismos. Neytiri, su personaje en Avatar surca los vientos, es atrevida y carece de temor ante los retos. Algo parecido a lo que ya había realizado la actriz con la película Camino a la fama, película de culto que se estrenó en el año 2000.

En lo que fuera su debut, Zoe daba vida a una bailarina que lograba salir de los barrios bajos para llegar a lo más alto, justamente al centro de la escena.
La manera en la que la actriz se involucra con sus personajes, lejos de responder a una actitud falsa, es pura frescura y baile. Todo parece ser natural y liviano, en el mejor sentido del término.

La podemos llamar Zoe Saldana, Zoe Saldaña, Zoë Saldaña, Zoë Saldana o Zoe Yadira Zaldaña Nazario (el nombre que figura en su documento de identidad), pero eso no cambia un hecho ineludible para el cine actual: su carrera va en ascenso. Y eso es algo que ya nadie puede detener.

Ella prefiere tomarse con calma las buenas reseñas y las críticas a su trabajo. Lo positivo y lo negativo lo equilibra y busca no encasillarse en el termino “latina de moda”. Al menos hasta ahora, ha tenido éxito.

Orgullosa de su herencia

Nacida el 19 de junio de 1978 en Nueva Jersey, Zoe nunca eludió su descendencia puertorriqueña. Por el contrario, casi toda su infancia la pasó en su segundo país, donde empezó a cultivar su pasión primaria, esa que atraviesa todos sus personajes: la danza. Luego de finalizar sus estudios en una de las más prestigiosas escuelas de ballet de Puerto Rico, Zoe regresó a Estados Unidos para concentrarse en su otra
pasión: la actuación.

Uno de los primeros pasos obligados de Zoe fue su incursión en la serie policial La ley y el orden, vehículo ideal para que actores (principiantes y experimentados, como se puede ver actualmente) den esa intensidad dramática necesaria para ser reconocidos. Y ella fue reconocida.

Luego de que pudiera mostrar su faceta de bailarina en la mencionada Camino a la fama, en 2002 se sumó al elenco de Crossroads, amigas para siempre, una película de Tamra Davis que marcó el debut cinematográfico de Britney Spears y que terminaría despedazado por la crítica.

En Crossroads, un trabajo que oscila entre la adolescencia y la madurez, Zoe aprovechó al máximo las escenas escritas por Shonda Rhimes (la creadora de Grey’s Anatomy), quien sabe sacarle el juego a los vaivenes telenovelescos. El mismo año fue parte del drama Drumline, paso previo a su primer papel en una superproducción, Piratas del Caribe: la maldición del Perla Negra, donde su Anamaria le hacía frente a Jack Sparrow (Johnny Depp), con esa vehemencia elegante típica de la actriz.

Para los productores fue imposible no notar su presencia y fuerza en pantalla. Y sin saberlo, el barco de Los piratas del Caribe la iba a llevar a un puerto lejano pero deseado, el del éxito.

Su lugar, al frente
La serie de éxitos en pantalla le cayeron como cascada a la actriz, que no se olvidó de pensar muy bien cada paso y no irse con el espejismo del dinero. Los proyectos le vinieron desde varios lugares. Trabajar en Haven al lado de Orlando Bloom, luego ser dirigida por Steven Spielberg en La terminal -donde conformó una dupla inmejorable con Diego Luna- y ser convocada por J.J. Abrams para nada menos que la adaptación cinematográfica de Star Trek.

Curiosamente, Zoe ya había interpretado a una Trekkie (como se autodenominan los fanáticos de la serie) en el filme de Spielberg, pero jamás había visto el show original. Esto, sin embargo, no fue un obstáculo para llevarse por delante el papel de Nyota Uhura, mediante el cual le demostró a Abrams (quien pidió especialmente por ella para su película) que podía estar a la altura de las circunstancias.

Así como en 1997 para Leonardo DiCaprio y Kate Winslet no hubo retorno del éxito de Titanic, Zoe va en el mismo camino. “El rey Midas del cine”, James Cameron, abordó el personaje de Neytiri en Avatar con la técnica de performance capture -es decir, plasmar la actuación generándola enteramente por computadora-, que nunca impidió que la capacidad interpretativa de Zoe pudiera traslucirse.

Y para ella ya no hay límites. Como si se tratara de una profecía, el nombre de su primera película describe su momento actual: Camino a la fama.

(EL UNIVERSAL)
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