Entretenimiento

Zero Fest, música efervescente

Más de 20 mil personas acuden al marátonico concierto donde 16 bandas ofrecen en dos escenarios una dosis de diversidad sonora

GUADALAJARA.- Tráfico, polvo, viento, calor y desesperación fueron los elementos con los que dio inicio el Coca- Cola Zero Fest en el Club Hípico Los Alamitos. Y es que para llegar al sitio ubicado al Sur de la ciudad, los miles de jóvenes tuvieron que pasar cerca de media hora atorados en una larga procesión de vehículos que lo mismo se dirigían al festival o desembocaban del periférico, avenida Colón o López Mateos. Y aunque al llegar se toparon con la sorpresa de que los horarios habían sido adelantados por 15 minutos, los ánimos no decayeron.

Si bien es cierto que el espacio en Guadalajara fue relativamente más pequeño que el de la sede en la capital del país eso no mermó el espectáculo, ya que la empresa refresquera montó toda la parafernalia técnica para el disfrute de los tapatíos: carpas, instalaciones y performance.

La primera jornada del Zero estuvo encabezada por bandas tanto locales como nacionales (Töper, Thermo, Satin Doll, Becker y Ximena Sariñana, intercalándose en los dos escenarios rojo y negro), excepto por la participación de la agrupación canadiense Metric, que en su primera visita a la ciudad dejó satisfechos a sus seguidores pese al poco tiempo que tuvieron para hacer lo suyo. Entonces llegó Miranda!, la banda que dio inicio con una sesión de sampleos pop para ofrecer un repertorio compuesto por gran parte de sus éxitos.
Hasta poco después de las 17:00 horas, con la participación de la banda Bright Eyes en el escenario negro, el público fue haciéndose más uniforme. Dos guitarras, un violín, un órgano y una voz provocaron gritos y alegría en el aforo con melodías acústicas que pasaban al rasgueo agresivo de una guitarra acústica.


Aunque la temperatura era bastante alta a esas horas, Los Dynamite se lucieron sobre el escenario rojo para dar paso a Panda, a quienes gozaron con singular emoción especialmente el público más joven. Junto con ellos, las horas de Sol terminaron para que uno de los actos más esperados diera comienzo.
Si en la Ciudad de México The Faint fue una banda más que complementaba el cartel, en Guadalajara no sucedió de esa manera ya que sus integrantes fueron recibidos con brincos y ovaciones por parte de los tapatíos, pues a pesar de que 40 minutos de show parecieron pocos, por lo menos fueron suficientes para que la agrupación se sacudiera en movimientos convulsivos en el escenario rojo y expresara su felicidad de tocar por segunda vez en el país.

Pero si la acogida de las bandas anteriores fue significativa, el recibimiento de Zoé no lo fue menos, pues como los regiomontanos lo habían anunciado en días pasados, ésta es de sus últimas presentaciones con el disco Memo Rex Comander, antes de meterse al estudio a grabar su nueva producción .
La iluminación artificial sobre ambos escenarios y a todo lo largo y ancho del Club Hípico se acentuó más; cerca de las 21:00 horas había más de 20 mil almas en el lugar y las taquillas seguían funcionando. Hubo quienes llegaron sólo para presenciar los actos de The Mars Volta, Groove Armada y Fatboy Slim.


El cierre de la jornada musical
La venta de boletos paró hasta poco antes de las 21:00 horas y aunque ya entrada la noche había dentro del Club Hípico más de 20 mil personas los gustos entre el público no parecían en cuestión de escenarios. Mientras que los que llevaban melenas abultadas en una clara alusión a que Mars Volta era la banda por la que acudían, también había otros que ataviados con pulseras fluorescentes y tubos de neón de colores esperaban la parte electrónica de la jornada que dio comienzo desde el mediodía.
Groove Armada en el escenario rojo y Fatboy Slim en el negro, hicieron click con el público tapatío que, bien se sabe, cuenta con un gran número de adeptos a la música electrónica.
Luces que centellaban a cada bip que brotaba de las tornamesas, polvo y un clima cálido, fueron la parte final de un evento que dejó constancia de que en Guadalajara hay orejas para cualquier género musical.


EL INFORMADOR/REDACCIÓN, 27-04-08, PEPR

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