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Willem Dafoe, sin ataduras

El intérprete confiesa sus métodos, sueños y pesadillas a su paso por el Talent Campus

GUADALAJARA, JALISCO (27/MAR/2011).- Willem Dafoe no le da vueltas al asunto. “Tengo cara de malo”, afirma ante un abarrotada sala Diana Bracho, donde ayer ofreció una Master Class en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).

La afirmación jocosa que hace el histrión esconde tanto una broma como una tragedia. “Voy por la calle y la gente me dice ‘oye, me gustó esa película donde hiciste el papel de malo, de verdad que te queda bien’, y yo sólo puedo decir ‘gracias’ (risas). Pero lo maravilloso de la actuación es que no importa cómo tengas la cara, porque con ella puedes hacer cualquier tipo de papel. Es más, me atrevería a decir que en mi vida he hecho más veces personajes buenos que villanos”.

Dafoe es de los artistas que no matizan sus palabras para ser más popular o caer mejor, aunque sí tiene un encanto natural, mismo que desplegó durante la charla que ofreció ayer por la tarde. Se mostró sorprendido por el interés que hay en su carrera en México, aunque no se animó a hacer un diagnóstico del estado del cine nacional. “No lo conozco y no puedo pretender que soy un joven estudiante de cine en México, bueno, puedo intentarlo como actor, ¡pero no lo soy! (risas)”. Lo único que afirmó es que si alguno de los jóvenes tiene una idea que ofrecer en la gran pantalla, que busque a otras personas con la misma inquietud. “Entre más sean, será más fácil”.

Busca cómplices

Dafoe confiesa que en su infancia no soñaba con ser actor, pero terminó por convertirse en uno de los histriones favoritos de directores como Martin Scorsese o David Lynch. Tampoco le interesan mucho las grandes producciones que le reporten un gran salario, y prefiere pensar en términos de retos histriónicos. “Para mí un buen guión es aquel que no te dice todo sobre un personaje, sino que deja ciertos huecos, cierto misterio, que deja espacio para que el actor lo dibuje. Me mueve el reto, eso es algo que me interesa”.

El actor considera también al director, pues “los buenos directores, como los buenos decoradores de interiores, ya tienen todo completamente acomodado para que el actor se coloque en su lugar y no se tenga que preocupar por nada más”.
Ameno a lo largo de su charla, Willem Dafoe bromeó un poco con la fama que le han hecho de actor bizarro y se definió como un tipo “normal”. Incluso pidió que encendieran la luz del auditorio para ver a la audiencia, porque “tanta penumbra me hace sentir como si estuviera en un monólogo”.

El teatro, su semillero

Durante la charla, el histrión recordó el inicio de su carrera, que se dio en el circuito de compañías teatrales universitarias, donde “encontré una libertad que jamás había experimentado. Fue en una obra donde me descubrieron para hacer cine, sin embargo, jamás he olvidado lo que aprendí entre los telones”.

Entre las cosas que se quedaron en el corazón del artista estadounidense está “que en el teatro los personajes siempre se tienen que estar inventando de cero, no puedes quedarte atado a uno por ningún motivo. Eso es algo que sigo haciendo en el cine y me sirve bastante”.

¿Y qué lo motiva a seguir en el set de rodaje?: “La diversión. Quiero hacer películas que entretengan a la gente y que me permitan perderme en el papel que me ofrecen, eso es lo que me fascina. Suena fácil, pero no es algo que siempre se consiga. Para mí lo más disfrutable de todo proyecto es el rodaje en sí, por lo que como pueden adivinar, no soy muy fanático de ver mis propios trabajos”.

Filmografía básica

The Loveless (1982)
Pelotón (1986)
La última tentación de Cristo (1989)
Mississippi Burning (1989)
Light Sleeper (1992)
El paciente inglés (1996)
El Hombre Araña (2002)
Buscando a Nemo (2003)

''No he hecho dos papeles iguales en mi vida'', Willem Dafoe, actor.

EL INFORMADOR/ FRANCISCO GONZÁLEZ
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