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Vigente el legado del filósofo y mártir italiano Giordano Bruno
En el año 1600, muere en la hoguera, quemado por la Inquisición, el filósofo, matemático y astrónomo italiano Giordano Bruno
En la capital mexicana, el Comité pro Revaloración de Giordano Bruno organizó un acto cívico-cultural, que ponderó el mayor triunfo de este libre pensador, que fue apadrinar una nueva cosmología, al sostener que el universo era eterno en el tiempo, infinito en el espacio y en constante cambio.
Filippo Bruno, por su nombre real, nació en 1548, en el poblado de Nola (Nápoles, Italia), donde estudió Humanidades y Dialéctica, y desde los 15 años se dedicó a la filosofía aristotélica y a la teología de Tomás de Aquino en la Orden de los Dominicos, donde cambió su nombre por el de Giordano.
Pronto, el joven comenzó a tener problemas al rechazar imágenes de santos y sólo aceptar los crucifijos. En 1566 sufrió el primer procedimiento en su contra por sospechas de herejía.
Huyó a Roma tras ser acusado de desviaciones en la doctrina religiosa y tuvo que abandonar la orden, sólo para sufrir otro embate y huir de nuevo, al imputársele el homicidio de otro dominico, muerto en el río Tiber.
Después de viajar por Italia y Francia, llegó a Génova y se adhirió a la doctrina calvinista, que no escapó a sus críticas y a la publicación de un escrito en el que acusó a Juan Calvino (1509-1564) de cometer 20 errores en una lectura.
Bruno fue hecho prisionero hasta que se retractó de lo dicho, lo que lo hizo abandonar el calvinismo, cuyos seguidores lo acusaron de ser contrario a la libertad intelectual; luego regresó a Francia, donde fue aceptado como profesor de la Universidad de París, en 1581.
Los siguientes años publicó sus dos primeras obras, "Las ideas humanas" y "Cantos circenses"; más tarde escribió "De umbris idearum" (1582), "La cena de las cenizas", "Del universo infinito y los mundos" y "Sobre la causa, el principio y el uno".
Un año después escribió "Los furores heróicos", donde con un estilo de diálogo platónico y poético-científico, describió el camino hacia Dios a través de la sabiduría.
Durante un lustro vivió en diversos sitios donde predominaba el protestantismo como Marburg, Mainz, Wittenberg, Praga, Helmstedt, Frankfurt y Zurich, donde escribió sobre cosmología, física, magia y el arte de la memoria.
Estos años de gran actividad intelectual llevaron a Bruno a demostrar que el Sol es más grande que la Tierra, exponer sus ideas en la Sorbona, enseñar Filosofía en la Universidad de Wittenberg y escribir poemas en el Convento de las Carmelitas, en Alemania.
Bajo la protección de Giovanni Moncenigo, un noble veneciano, Bruno impartió cátedra particular en Italia, pero en 1591 fue entregado a la Inquisición por su protector y dos años más tarde fue encerrado en el Palacio del Santo Oficio en El Vaticano.
Acusado de blasfemia, herejía e inmoralidad, permaneció ocho años encarcelado, mientras se disponía el juicio por sus enseñanzas sobre los múltiples sistemas solares y sobre la infinidad del universo.
Sus biógrafos sostienen que en muchas ocasiones ofreció retractarse de sus acusaciones, lo que no fue aceptado, y finalmente no dio marcha atrás, aunque se desconoce el porqué de su decisión.
Un mes después de ser llevado ante las autoridades seculares, el 20 de enero de 1600, le fue leída la sentencia que lo declaró herético impenitente, pertinaz y obstinado, lo que le valió ser expulsado de la iglesia y sus trabajos fueron quemados en la plaza pública.
Giordano Bruno fue quemado en la hoguera el 17 de febrero de 1600, en Campo dei Fiori, Roma.
Hoy en día, se le recuerda por favorecer el libre pensamiento, por sostener que en el universo hay otros complejos planetarios similares al del sistema solar y que la Tierra se mueve, lo que rebatía la postura geocéntrica de su época.
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