Entretenimiento
Varekai, un mundo lleno de colores
El espectáculo arranca su temporada en la Perla Tapatía, con el mito de Ícaro como eje
Ayer, las puertas de una nueva realidad, habitada por seres estrafalarios y misteriosos, música tan universal como fuera de este mundo, danzantes tan poderosos como flexibles, se abrieron. Hoy da inicio oficialmente la temporada de Varekai, espectáculo que eligió a Guadalajara para tener su primera escala en México.
No hay un guión obvio. La historia de Varekai se arma en la mente de cada asistente. El escritor de la trama, Dominic Champagne, dejó algunas pistas en el camino, como migajas de pan en una larga travesía. Pero cada espectador decide si le da peso a la historia o se enfoca en los impresionantes números circenses. Acrobacia, contorsionismo, malabares, saltos mortales, comedia, drama, romance. Luces, colores, trajes y maquillajes que nunca se han visto. Un espectáculo que deja sin aliento.
La caída del ángel
Varekai significa en lengua romaní “ningún lugar”. Y es allí donde comienza la historia que trae el Cirque du Soleil. Un lugar que puede ser cualquiera, que puede ser ninguno. Pero que es allí, en este escenario inhóspito, habitado por extrañas criaturas, donde cae Ícaro, el hombre cuyas alas de cera se acercaron demasiado al Sol y cayó a tierra firme. Los asistentes a la primera función fueron testigos de cómo este ser, mitad ángel, mitad humano, trataba de adaptarse a un nuevo mundo.
El espectáculo se dividió en dos partes. La primera, bien cargada de humor y el planteamiento de la historia. Dos clowns se encargaron de animar e involucrar al público (y de paso, subir al escenario a algun desprevenido) en la trama.
Las sonrisas desde las gradas, provocada por ambos personajes, se mezclaron con instantes donde la respiración realmente se cortó ante las proezas que se desarrollaban en el escenario.
El circo que propone Varekai se alejó, y mucho, de lo tradicional. No hay animales, y la comedia no se basó en las palabras (ausentes, en general), sino en las expresiones. Pero lo que sorprendió fue la elasticidad y fuerza de los intérpretes. El elaborado vestuario y máscaras de los artistas. La cadencia casi hipnótica de la música. Todos, elementos teatrales fantásticos y complemento de lo que realizaron los acróbatas y malabaristas.
Números como los trapecios triples, el “columpio ruso”, los meteoros en el agua y los bailarines georgianos cosecharon los aplausos y los “¡oh! desde las butacas. Ejecuciones pulcras y veloces que demostraban el porqué quien se enrola en las filas del Cirque du Soleil es un artista y atleta de élite.
Y entre ellos, un mexicano que se llevó los aplausos. Roberto Carlos Carbajal Aguilar, oriundo de Monterrey, inmediatamente dejó en claro su sello latino. Mientras que el resto de los artistas ofrecen su número de forma perfecta y sin mostrar demasiado las expresiones en sus rostros, más allá de la sonrisa de cortesía, el regio de inmediato incendió la pista con su picardía.
El único acróbata mexicano en Varekai demostró porqué es parte del show. Con pelotas, sombreros, clavas y, finalmente, una elaborada ejecución con pelotas de ping pong, las que manipuló usando únicamente su boca. Fue uno de los números más celebrados de la noche y, de paso, una de las estampas que se quedaron en la mente de los asistentes.
Si todo lo anterior fue impresionante, el cierre del espectáculo, la segunda parte, es soberbio y candente. El llamado número del volcán no solamente exige a los mejores artistas usar toda su fuerza para completar sus ejecuciones aéreas, sino que transforma el escenario en una gigantesca escenografía de lava. Las palabras para describirlo se quedan cortas, pues como explican los creadores del espectáculo, es algo que “se tiene que ver. Se tiene que vivir”. Al final, es difícil no salir con una sonrisa amplia. La temporada de Varekai en Guadalajara apenas comienza. Un mundo nuevo, lleno de colores, ha llegado.
Carpas de lujo, precios... también
El show que ofrece Varekai no se da solamente en la carpa principal. Todo el circo invita a los asistentes, desde sus carpas externas, a entrar a un mundo donde los colores, sabores y olores se perciben de forma completamente diferente.
Pantallas, música ambiental, figuras que emulan a los personajes de Varekai, canapés gratuitos, trato personalizado y zonas de descanso lujosamente amuebladas forman parte del decorado “gitano” que propone el Cirque en el tapis rouge, la carpa de lujo que da acceso a la zona de butacas, y reservada para aquellos invitados que pagaron los boletos más costosos.
Lo que sí se van a encontrar todos los invitados, no importa el precio que hayan pagado para asistir, es con la mercancía referente al espectáculo. Sudaderas de mil 200 pesos, tazas de 200 y gorras de 400 pesos forman parte de los productos que se ofertan, y que ya sea porque son de colección o se venden solamente mientras el circo se encuentra en la ciudad, suelen tener una alta demanda, sin importar el costo.
El circo cuenta con estacionamiento, para aprovechar las grandes dimensiones de la explanada López Matos, donde está montado. Pero algo que debe tener en cuenta cualquier visitante, y en general quienes transiten por la zona, es el tráfico pesado que suele vivirse a todas horas en las cercanías de Plaza del Sol, por lo que además de ganas de divertirse, se recomienda a los asistentes ir armados con una buena dosis de paciencia.
Varekai de Cirque du Soleil / Del 14 de agosto al 8 de septiembre / explanada López Mateos (esquina Av. Cubilete, junto a Plaza del Ángel) / Boletos de 750 a dos mil 520 pesos.
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