Entretenimiento

Vamos al cine

La conspiración

GUADALAJARA, JALISCO (30/MAR/2011).- El tema da para mucho en casos y espacios de la pantalla grande; casos en que los medios han traspuesto el papel de informador o simples observadores, para ser actores de primer plano.

La conspiración siempre rodea al poder. Bien podría decirse que es parte de él, aunque en algunos casos verdaderamente sea causa trascendente en la nación donde se origina: Un ejemplo fue la conspiración de Querétaro dio paso a la insurgencia y final declaratoria de independencia tras 11 años de lucha.

Llama la atención al cine norteamericano la vida, obra y muerte trágica de Abraham Lincoln, consagrado prócer de la lucha contra el esclavismo que no pocas familias sufrieron a finales del Siglo XIX. Y aunque el tema no es novedad con su huella indeleble en Lo que el viento se llevó, es obviamente inquietante su potencial tratamiento con el presidente Barack Obama, de ascendencia afroamericana y rector en acontecimientos de reciente cuño en el Medio Oriente.

Las conspiraciones no disfrutan la simpatía de las empresas con intereses en las distribuidoras y exhibidoras del cine, como tampoco lo son aquellas que atentan contra lo establecido: Hace poco, ahora mismo, tenemos el testimonio de Presunto culpable y hace más de cuatro décadas tampoco tuvo exhibición abierta la narración entre telones, de la conspiración donde se decidió el final de John F. Kennedy. Por breve lapso se exhibió en salas exclusivas de las llamada de “arte” -una de ellas fue la de El Carmen en Guadalajara-.

La conspiración, proyecto sobre el tema de Lincoln puede tener implicaciones políticas de actualidad, a las que se dice, no es ajeno el sexo femenino. Con todo, la narración se vuelve polémica y finalmente taquillera; como lo dice un amigo financiero: “cualquier tema siempre termina en dinero”.
Dios nos guarde de la discordia.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando