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La Milagrosa
GUADALAJARA, JALISCO (19/ENE/2011).- Semejante o nuestra realidad. Historia de Eduardo Villarreal, uno de tantos jóvenes, en este caso colombiano perteneciente a la clase alta de su país, quien es secuestrado durante los años noventa por una rama de la delincuencia llamada “pescas milagrosas”.
Al drama concurre el líder, llamado El Lagarto, cuya hermana resulta atractiva a Eduardo dando motivo al conflicto emocional al seno de los guerrilleros, con el imponderable de la lucha entre las fuerzas militares y la delincuencia.
La Milagrosa expone el rigor del campo de batalla y cambio de vida para los jóvenes, súbitamente envueltos en conflictos donde la razón sucumbe al sentimiento humano.
Esta retrospectiva de Colombia provoca sentimientos similares en países de Latinoamérica donde la pobreza cobra su cuota de insatisfacción.
La violencia, el cautiverio, el temor y aún más, el terror proponen su ruda realidad en La Milagrosa y conmueve a la reflexión contradictoria de vivencias frustrantes y desesperación: El Lagarto, interpretado por Guillermo Iván Dueñas; la joven hermana Mayra, Mónica Gómez; integrando el rol de Eduardo, Antonio Merlano; con la dirección de Rafael Lara –mexicano-, quien adicionalmente produjo el guión.
Su competencia temática resulta novedosa en el ámbito latinoamericano por la ubicación en el área rural y la permanente falta de recursos para enfrentar la lucha por la justicia social. La autorización para exhibir en las salas de nuestro país tiene la particularidad de haber superado cualquier tipo de censura, excepto la del público aún en espera.
El secuestro, calificado como uno de los crímenes más crueles, se sobrepone al sufrimiento de la víctima y la intensa zozobra de sus allegados, que a la distancia debaten la forma de recobrar al ser, querido o no, víctima de infames circunstancias.
Dios nos guarde de la discordia.
Al drama concurre el líder, llamado El Lagarto, cuya hermana resulta atractiva a Eduardo dando motivo al conflicto emocional al seno de los guerrilleros, con el imponderable de la lucha entre las fuerzas militares y la delincuencia.
La Milagrosa expone el rigor del campo de batalla y cambio de vida para los jóvenes, súbitamente envueltos en conflictos donde la razón sucumbe al sentimiento humano.
Esta retrospectiva de Colombia provoca sentimientos similares en países de Latinoamérica donde la pobreza cobra su cuota de insatisfacción.
La violencia, el cautiverio, el temor y aún más, el terror proponen su ruda realidad en La Milagrosa y conmueve a la reflexión contradictoria de vivencias frustrantes y desesperación: El Lagarto, interpretado por Guillermo Iván Dueñas; la joven hermana Mayra, Mónica Gómez; integrando el rol de Eduardo, Antonio Merlano; con la dirección de Rafael Lara –mexicano-, quien adicionalmente produjo el guión.
Su competencia temática resulta novedosa en el ámbito latinoamericano por la ubicación en el área rural y la permanente falta de recursos para enfrentar la lucha por la justicia social. La autorización para exhibir en las salas de nuestro país tiene la particularidad de haber superado cualquier tipo de censura, excepto la del público aún en espera.
El secuestro, calificado como uno de los crímenes más crueles, se sobrepone al sufrimiento de la víctima y la intensa zozobra de sus allegados, que a la distancia debaten la forma de recobrar al ser, querido o no, víctima de infames circunstancias.
Dios nos guarde de la discordia.
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