Entretenimiento
Vamos al cine
Luis Buñuel
GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2010).- Más de un siglo precede a su nacimiento y parece reciente su genialidad en pantalla. Buñuel deambula por los pasillos del arte en festivales y filmotecas, sin extinguirse la admiración al pensamiento creador de obras sustentadas en los rincones del sufrimiento humano.
Tenacidad es quizá la faceta desconocida del autor de Los olvidados. Sin duda, había en Buñuel carácter con capacidad para superar el rechazo en sus primeros intentos como lo fue Caprichos, lo que sí pone en relieve lección de vida.
Otra cualidad inédita de Luis Buñuel fue su capacidad para buscar, encontrar y seleccionar amigos de quienes obtuviera reflexiones, Salvador Dalí y Juan Ramón Jiménez, entre otros, que dieron certeza a su espíritu creativo.
Hollywood le abrió y pronto le cerró la puerta con La Época de Oro, película que sin estrenar al gran público se incautaron las copias. Cincuenta años después el castigo se levantó y reestrenó en París. No obstante, por su innegable talento sería contratado como director de doblajes en la Meca del Cine, de donde llegó a México a encontrarse con Jorge Negrete en Gran Casino.
¿Qué movió al ya entonces señor Luis Buñuel a nacionalizarse mexicano? No hay respuesta contundente, pero sí su paso por los Estudios Clasa, de los que hizo su casa, de donde surgieron Los olvidados, con el perfil de la clase media y baja de la gran capital, como aquella otra La ilusión viaja en tranvía, de aquellos años el transporte urbano de trole convencional y vías que roturaban el asfalto.
Ensayo de un crimen hurga nuevamente en las entrañas del pensamiento y humor negro con Ernesto Alonso –”El señor telenovela”- y la inolvidable Miroslava -de vida trágica y final lamentable-, Rita Macedo, Carlos Riquelme, Leonor Llausás, Eva Calvo y el entonces joven villano Rodolfo Landa, a quien tocó la Dirección del Banco Cinematográfico en el sexenio de su hermano, Luis Echeverría.
Nazarín, Viridianana y El Angel exterminador integran su filmoteca de producciones en México, a la que hace reverente referencia Almodóvar en Europa.
Dios nos guarde de la discordia.
Tenacidad es quizá la faceta desconocida del autor de Los olvidados. Sin duda, había en Buñuel carácter con capacidad para superar el rechazo en sus primeros intentos como lo fue Caprichos, lo que sí pone en relieve lección de vida.
Otra cualidad inédita de Luis Buñuel fue su capacidad para buscar, encontrar y seleccionar amigos de quienes obtuviera reflexiones, Salvador Dalí y Juan Ramón Jiménez, entre otros, que dieron certeza a su espíritu creativo.
Hollywood le abrió y pronto le cerró la puerta con La Época de Oro, película que sin estrenar al gran público se incautaron las copias. Cincuenta años después el castigo se levantó y reestrenó en París. No obstante, por su innegable talento sería contratado como director de doblajes en la Meca del Cine, de donde llegó a México a encontrarse con Jorge Negrete en Gran Casino.
¿Qué movió al ya entonces señor Luis Buñuel a nacionalizarse mexicano? No hay respuesta contundente, pero sí su paso por los Estudios Clasa, de los que hizo su casa, de donde surgieron Los olvidados, con el perfil de la clase media y baja de la gran capital, como aquella otra La ilusión viaja en tranvía, de aquellos años el transporte urbano de trole convencional y vías que roturaban el asfalto.
Ensayo de un crimen hurga nuevamente en las entrañas del pensamiento y humor negro con Ernesto Alonso –”El señor telenovela”- y la inolvidable Miroslava -de vida trágica y final lamentable-, Rita Macedo, Carlos Riquelme, Leonor Llausás, Eva Calvo y el entonces joven villano Rodolfo Landa, a quien tocó la Dirección del Banco Cinematográfico en el sexenio de su hermano, Luis Echeverría.
Nazarín, Viridianana y El Angel exterminador integran su filmoteca de producciones en México, a la que hace reverente referencia Almodóvar en Europa.
Dios nos guarde de la discordia.
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