Entretenimiento
Vamos al cine
Clint Eastwood y Hereafter
GUADALAJARA, JALISCO (10/NOV/2010).- Cineasta con juventud acumulada. A sus ochenta años de edad continúa difundiendo su talento y sobre todo su inquietud: actor, director productor, guionista y músico; todo un ejemplo como persona y profesional. Eastwood tuvo el primer acierto al perseguir y encontrar su vocación; algo ejemplar para todo ser humano.
Con figuras inolvidables: Richard Burton, Lee Marvin, Shirley MacLaine, Telly Savalas, Donald Sutherland ha compartido espacios, el “matón de la pantalla”, inolvidable en El Bueno, el malo y el feo y en Harry el sucio, que lo convirtieron en ese prsonaje singular que los cinéfilos aprecian desde hace más de tres décadas.
Un signo distintivo de Clint es su carácter indómito que proyecta en sus actuaciones; quizá por antecedentes extremadamente modestos en Oakland, California donde desempeñó labores de leñador, aseador de albercas, bombero para pagarse los estudios de arte dramático en la Ciudad de Los Ángeles que allá por los años cincuenta lo condujeron a trabajar con James Coburn y Richard Harris una década después.
Quizá fue su experiencia de Alcalde del Partido Republicano, en la Ciudad de Carmel, California, donde sólo permaneció un año, allá por mediados de los ochenta; lo que le motiva a un reto más en su carrera: poner en perspectiva cinematográfica la vida y obra de uno de los hombres más controvertidos del Siglo XX: Edgar Hoover, de quien tanto se ha hablado como director del Buró Federal de investigaciones –FBI-. Esto para 2011.
En Nueva York ha causado sensación su reciente película Hereafter, coincidente, con los recientes primeros días de noviembre con el tema de capacidad síquica de algunas personas para establecer contacto con los muertos; veremos cuál es la reacción del público latino.
Acreditado por la Academia con cuatro Oscar, Globo de Oro y otros reconocimientos, es ejemplo de tenacidad y creatividad en el nada fácil sendero del triunfo en la vida.
Dios nos guarde de la discordia.
Con figuras inolvidables: Richard Burton, Lee Marvin, Shirley MacLaine, Telly Savalas, Donald Sutherland ha compartido espacios, el “matón de la pantalla”, inolvidable en El Bueno, el malo y el feo y en Harry el sucio, que lo convirtieron en ese prsonaje singular que los cinéfilos aprecian desde hace más de tres décadas.
Un signo distintivo de Clint es su carácter indómito que proyecta en sus actuaciones; quizá por antecedentes extremadamente modestos en Oakland, California donde desempeñó labores de leñador, aseador de albercas, bombero para pagarse los estudios de arte dramático en la Ciudad de Los Ángeles que allá por los años cincuenta lo condujeron a trabajar con James Coburn y Richard Harris una década después.
Quizá fue su experiencia de Alcalde del Partido Republicano, en la Ciudad de Carmel, California, donde sólo permaneció un año, allá por mediados de los ochenta; lo que le motiva a un reto más en su carrera: poner en perspectiva cinematográfica la vida y obra de uno de los hombres más controvertidos del Siglo XX: Edgar Hoover, de quien tanto se ha hablado como director del Buró Federal de investigaciones –FBI-. Esto para 2011.
En Nueva York ha causado sensación su reciente película Hereafter, coincidente, con los recientes primeros días de noviembre con el tema de capacidad síquica de algunas personas para establecer contacto con los muertos; veremos cuál es la reacción del público latino.
Acreditado por la Academia con cuatro Oscar, Globo de Oro y otros reconocimientos, es ejemplo de tenacidad y creatividad en el nada fácil sendero del triunfo en la vida.
Dios nos guarde de la discordia.
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