Entretenimiento
Vamos al cine
Vocación y decisión
GUADALAJARA, JALISCO (27/OCT/2010).- En Guadalajara hay vocación para la realización cinematográfica. La Universidad de Guadalajara mantiene el singular desarrollo de esta carrera, abriendo espacio a la exhibición, misma que otros empresarios siguen con sano interés para aportar recursos con miras al crecimiento profesional de la enorme cantera humana existente en nuestra ciudad.
En pequeñas, y hasta medianas, salas cinematográficas se realizan exhibiciones ante el espectador, con posterior análisis de películas antiguas y recientes. Esta práctica tiene el propósito de estimular el gusto por el cine, a través de un procedimiento práctico de análisis de los elementos integrantes de las producciones.
Esta práctica tuvo singular éxito con Cinema paradiso, narradora de la metamorfosis de una población pequeña expuesta al cine, misma que por aquellos tiempos rechazara la exposición de un beso en la pantalla, más tarde aquel galerón se convierte en sala al aire libre y finalmente viene la ruina conceptual; como aquí mismo ha ocurrido con antiguas salas para albergar miles de espectadores, ahora concurrentes a núcleos de pequeños nichos con pantalla grande.
Otro ejemplo: Tiempos modernos, con subtítulos, música y algunos parlamentos, dejan ver la genialidad de Charles Chaplin en su sátira respecto del capitalismo: la fragmentación de operaciones fabriles y otras facetas que durante la depresión en los Estados Unidos fueron acremente censuradas por el McCartismo, con la lamentable expulsión de Chaplin de los Estados Unidos durante veinte años.
El gran dictador, tampoco le ganó simpatías a Chaplin en la Europa ocupada por los ejércitos germanos durante la década de los años cuarenta y fue hasta la conclusión de la Segunda Guerra Mundial que se convirtió en un clásico del cine, ofreciéndole, quizá como retribución, la oportunidad de mostrar su genialidad en Candilejas, donde Chaplin escribe, dirige, musicaliza y diseña. Es en esa obra donde expresa el recóndito sentimiento del hombre, del artista, del cómico y también del fracasado al que finalmente vence el tiempo.
Dios nos guarde de la discordia.
En pequeñas, y hasta medianas, salas cinematográficas se realizan exhibiciones ante el espectador, con posterior análisis de películas antiguas y recientes. Esta práctica tiene el propósito de estimular el gusto por el cine, a través de un procedimiento práctico de análisis de los elementos integrantes de las producciones.
Esta práctica tuvo singular éxito con Cinema paradiso, narradora de la metamorfosis de una población pequeña expuesta al cine, misma que por aquellos tiempos rechazara la exposición de un beso en la pantalla, más tarde aquel galerón se convierte en sala al aire libre y finalmente viene la ruina conceptual; como aquí mismo ha ocurrido con antiguas salas para albergar miles de espectadores, ahora concurrentes a núcleos de pequeños nichos con pantalla grande.
Otro ejemplo: Tiempos modernos, con subtítulos, música y algunos parlamentos, dejan ver la genialidad de Charles Chaplin en su sátira respecto del capitalismo: la fragmentación de operaciones fabriles y otras facetas que durante la depresión en los Estados Unidos fueron acremente censuradas por el McCartismo, con la lamentable expulsión de Chaplin de los Estados Unidos durante veinte años.
El gran dictador, tampoco le ganó simpatías a Chaplin en la Europa ocupada por los ejércitos germanos durante la década de los años cuarenta y fue hasta la conclusión de la Segunda Guerra Mundial que se convirtió en un clásico del cine, ofreciéndole, quizá como retribución, la oportunidad de mostrar su genialidad en Candilejas, donde Chaplin escribe, dirige, musicaliza y diseña. Es en esa obra donde expresa el recóndito sentimiento del hombre, del artista, del cómico y también del fracasado al que finalmente vence el tiempo.
Dios nos guarde de la discordia.
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