Entretenimiento
Vamos al cine
El derecho de nacer
GUADALAJARA, JALISCO (06/OCT/2010).- Jorge Mistral, Gloria Marín y Martha Roth encabezaban el reparto con la dirección de Zacarías Gómez Urquiza de esta producción cubana, aún presente en los escaparates de clásicos en las videotecas.
El drama de la narración sublima la actuación de Mamá Dolores, mujer mulata y abnegada al ocultar el fruto del dilema: María Elena, seducida por un hombre queda embarazadas y abandonada; presionada por sus padres que niegan ver su nombre manchado con la deshonra de su hija. María Elena llega a un punto lejano y tiene a su hijo, convertido después en médico que al paso de los años vive el mismo dilema.
El tema continúa controvertido y vigente con licencia de decisión para la mujer. Hace más de 60 años, cuando aún no existía el derecho al voto femenino, atraído por la novela en radio del cubano Félix B. Caignet cuyo éxito indujo la realización cinematográfica.
El tiempo y su circunstancia varían en la actualidad con el problema multiplicado en mujeres en condiciones precarias. Ahora la mujer hace valer sus derechos y alienta apoyo justiciero que otorgue destino certero a ella y al fruto en sus entrañas.
Derechos y deberes dan nueva perspectiva a El derecho de nacer, llegando a los foros de la política a profundidad de análisis entre la ética y la moral; no sin considerar la intransigencia de padres que en aquellos tiempos negaban vida a un ser inocente.
El drama expuesto por Caignet, seguramente tuvo origen en vivencia miserable propia, como hijo de inmigrantes franco haitianos, convertido con gran esfuerzo en escritor de series radiofónicas infantiles hasta su encuentro con el drama de capítulos diarios subyugantes para el auditorio inicial de Santiago de Cuba, en el extremo Oriente de la Isla y que le han dado reconocimiento hasta estos días.
Dios nos guarde de la discordia.
El drama de la narración sublima la actuación de Mamá Dolores, mujer mulata y abnegada al ocultar el fruto del dilema: María Elena, seducida por un hombre queda embarazadas y abandonada; presionada por sus padres que niegan ver su nombre manchado con la deshonra de su hija. María Elena llega a un punto lejano y tiene a su hijo, convertido después en médico que al paso de los años vive el mismo dilema.
El tema continúa controvertido y vigente con licencia de decisión para la mujer. Hace más de 60 años, cuando aún no existía el derecho al voto femenino, atraído por la novela en radio del cubano Félix B. Caignet cuyo éxito indujo la realización cinematográfica.
El tiempo y su circunstancia varían en la actualidad con el problema multiplicado en mujeres en condiciones precarias. Ahora la mujer hace valer sus derechos y alienta apoyo justiciero que otorgue destino certero a ella y al fruto en sus entrañas.
Derechos y deberes dan nueva perspectiva a El derecho de nacer, llegando a los foros de la política a profundidad de análisis entre la ética y la moral; no sin considerar la intransigencia de padres que en aquellos tiempos negaban vida a un ser inocente.
El drama expuesto por Caignet, seguramente tuvo origen en vivencia miserable propia, como hijo de inmigrantes franco haitianos, convertido con gran esfuerzo en escritor de series radiofónicas infantiles hasta su encuentro con el drama de capítulos diarios subyugantes para el auditorio inicial de Santiago de Cuba, en el extremo Oriente de la Isla y que le han dado reconocimiento hasta estos días.
Dios nos guarde de la discordia.
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