Entretenimiento
Vamos al cine
La Historia Patria
La cinematografía mexicana, alguna no exenta de alguna influencia extranjera, permite conocer detalles inéditos en la Historia tradicional de los libros de texto oficial, ejerciendo incuestionable penetración en la opinión pública.
La libertad de expresión en la pantalla grande está ejercida con persuasión y alienta el juicio ecuánime de personajes y acontecimientos que encauzaron 200 años; algunos admirables, otros cuestionables y muchos comprables a los que nos toca el privilegio de vivir.
En su conjunto son lecciones diversas de pensamientos, procedimientos y acciones ante sucesos, ideologías y consecuencias influyentes en la vida de los mexicanos. Por lo mismo, nada nuevo es para el Cine el abordaje de la Historia, que en los albores de los años cuarenta del siglo pasado plasmó desde la Conquista hasta la Revolución con adicional justificación de la Expropiación Petrolera.
El Cine Mexicano atrajo con simpatía al Porfiriato, con dramatismo la miseria, el folklore con su bagaje de identidad, igual la ignorancia y fanatismo indígena, la generacional intransigencia familiar, la religiosidad, la pobreza barrial, la dispersión cabaretera, los poderes fácticos del crimen, la indigencia, el amor y muchas facetas más incontables, a lo largo de ochenta años.
Los cambios en la sociedad, ahora con la influencia tecnológica, irrumpen una vez más en el difícil camino de esta industria mundial trazando los nuevos retos de poner en relieve los temas vivenciales de una población ansiosa de encuentro con la prosperidad con el referente pasado.
Las conmemoraciones centenarias dan pauta y ritmo al cine para cumplir con su promisorio quehacer inacabado.
Dios nos guarde de la discordia.
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