Entretenimiento
Vamos al cine
Los Mercenarios
No parece casualidad la ubicación en un país sudamericano –de nombre inventado-, adonde un grupo de mercenarios acude a destruir el poderío de un dictador. Ya en terreno de los hechos se dan traición y engaño que mueven a los mercenarios a cambiar el propósito de su contratación, con clara alusión del “americano malo”. Esto resalta en la narración a que nos tiene acostumbrados el cine del Norte.
El optimismo del estreno exitoso corresponde a la recaudación prevista, como todo en la mercadotecnia de Hollywood, de alcanzar la cifra nada despreciable de 30 millones de dólares en taquilla; lo cual se ha convertido en un imán más con los anuncios del actor y director con más de 20 años, a partir de Rocky, de producir secuelas incursionando en las pantallas del mundo.
Stallone no está solo. Va con Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Mickey Rourke, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis; malos que la trama convierte en buenos y sensibles chicos porque, entre otros factores, hay un ser inocente de por medio.
La filmación dio un punto de apoyo más a la promoción; éste real, cuando Stallone sufrió un accidente durante la producción, del que ahora hace referencia. Pero quizá sea el sentido humano, el niño que todos llevamos dentro, lo que produzca mayor interés al espectador: presenciar la transformación de seres rudos en nobles defensores de la verdad y su nobleza.
Fuera del escenario es admirable la tenacidad de Silvester Stallone para llevar la rudeza al drama y hasta el romanticismo; una transformación del paso por la vida derrochando talento para escribir, actuar y ahora dirigir. Un cineasta completo.
Dios nos guarde de la discordia.
Síguenos en