Entretenimiento
Vamos al cine
Michael Moore
Por más de una década su persistencia engendró valor al cine documental de denuncia, a partir de Masacre en Columbine, refrendando éxitos con su profunda investigación acerca de la Torres Gemelas; ahora su inquietud se enfoca a las oligarquías capitalistas.
Capitalism: A Love Store es el título de la producción de Moore donde mezcla el materialismo y la pureza de los sentimientos humanos (remembranza con aquella ochentera historia de amor; un título irónico a toda pantalla.
Obvia crítica a la recesión que enfrenta el mundo, con ese toque atrevido propio del realizador de los documentales más cotizados, donde confronta valores y consecuencias la pérdida de empleos, a costa, entre otras causas, del enriquecimiento de unos cuantos haciendo negocios multimillonarios a costa de empobrecimiento.
Los contrastes son evidentes en la crisis financiera aún no superada, a la que se ponen una y otra vez plazos y posibilidades, a los que Moore intenta dar mayor relevancia con algunas verdades en voz a imagen de sus actores en la vida real, para los que la justicia mediática condena sin encontrar el destino transparente de los bienes perdidos.
Los excesos, en cuanto a utilidades a costa de la miseria siempre tiene espectadores, que en este caso son expuestos con la agudeza de un director y actor reconocido por su valentía y audacia que le han costado más de un disgusto, acusaciones y luchas en los tribunales; de los que Moore ha salido triunfante, fortalecido y motivado para exponer su verdad en la pantalla cinematográfrica.
Esto otoño será el estreno de Capitalism: A Love Store en los Estados Unidos, sin definirse la exhibición en otros países en los que habrá de superar obstáculos previsibles derivados de la natural inquietud y eventual controversia. De todas formas hay expectación por conocer y examinar los detalles de un tema polémico y para la mayoría enigmático.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
Capitalism: A Love Store es el título de la producción de Moore donde mezcla el materialismo y la pureza de los sentimientos humanos (remembranza con aquella ochentera historia de amor; un título irónico a toda pantalla.
Obvia crítica a la recesión que enfrenta el mundo, con ese toque atrevido propio del realizador de los documentales más cotizados, donde confronta valores y consecuencias la pérdida de empleos, a costa, entre otras causas, del enriquecimiento de unos cuantos haciendo negocios multimillonarios a costa de empobrecimiento.
Los contrastes son evidentes en la crisis financiera aún no superada, a la que se ponen una y otra vez plazos y posibilidades, a los que Moore intenta dar mayor relevancia con algunas verdades en voz a imagen de sus actores en la vida real, para los que la justicia mediática condena sin encontrar el destino transparente de los bienes perdidos.
Los excesos, en cuanto a utilidades a costa de la miseria siempre tiene espectadores, que en este caso son expuestos con la agudeza de un director y actor reconocido por su valentía y audacia que le han costado más de un disgusto, acusaciones y luchas en los tribunales; de los que Moore ha salido triunfante, fortalecido y motivado para exponer su verdad en la pantalla cinematográfrica.
Esto otoño será el estreno de Capitalism: A Love Store en los Estados Unidos, sin definirse la exhibición en otros países en los que habrá de superar obstáculos previsibles derivados de la natural inquietud y eventual controversia. De todas formas hay expectación por conocer y examinar los detalles de un tema polémico y para la mayoría enigmático.
Dios nos guarde de la discordia.
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