Entretenimiento
Vamos al cine
Por: Carlos Cortés
Allá por los años cincuenta del siglo anterior, pasada la contienda bélica mundial, el Cine propuso los aspectos optimistas y amables de Europa, adicionalmente turísticos para su recuperación, al difundir temas ajenos a la guerra pasada. Ahora algo similar es necesario para elevar el grado de confianza en la población de los Estados Unidos y del mundo por la crisis financiera.
Es significativo el adicional esfuerzo de Tribeca al mantener este Festival sin el patrocinio de General Motors, con el propósito de responder al objetivo de contribuir con la industria automotriz, símbolo de la pujanza norteamericana. Y claro, tampoco resulta ajena la propia producción fílmica que ha reducido su producción en un treinta por ciento en el presente ciclo.
Jane Rosental acompaña en esta singular aventura a De Niro, exponiendo su responsabilidad más allá de la celebración un cine ligero y ameno en su programación; lo que afirmar el principio de todo espectáculo: “la función debe continuar” y contribuir a superar los tiempos difíciles.
Tribeca consiguió el apoyo de nuevos patrocinadores, entre los que se cuenta una empresa cervecera y ofreció funciones gratuitas, como hace el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, lo que de alguna manera también refleja congruencia en el camino hacia el éxito.
La exhibición, con la participación de 32 países con 85 películas fue inaugurada por Woody Allen con la proyección de Whatever roks protagonizada por Larry David y cierra con My life in Ruins que estelariza Richard Drayfus. En buena hora por la continuidad del esfuerzo para bien del cine y su mensaje.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
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