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Vamos al cine
James Bond
Daniel Craig, también cuarentón como la serie de James Bond, lo encarna en la pantalla y encara la responsabilidad de reponer de moda al 007 en este 2009. Su personalidad madura mantiene la esencia con un toque singular de cine antiguo, al prescindir del doble en escenas peligrosas o acrobáticas, como el legendario Dowglas Fairbanks en las primicias de la cinematografía muda, sólo que a Craig le costó una herida que poco faltó para dejarlo con quince uñas. Todo sea por el arte y su realismo.
Esta particularidad da un toque singular a Quantum of Solace, título original de la cinta a la que no beneficia su traducción literal: “una dosis de consuelo”. Es de esencia espectacular, para la que el actor Craig hubo de sujetarse a disciplinas de acrobacia a las que se sumaron sesiones con miembros de la policía y del hampa.
En Quantum es discreta la participación femenina y con un toque sensual, pero también acorde al roll de la mujer en la vida contemporánea: agresiva y conquistadora, la fémina toma más iniciativas que sus antecesoras. En resumen, no se trata de un refrito sobre el personaje, sino una versión renovada y fashion de la aventura entre el bien y el mal, en la que prevalece la personalidad del Agente 007 con toda la fuerza de las novelas creadas por Fleming.
Quantum conjuga diversión con emoción. La crítica podrá compararla, alabarla y en algunos aspectos despedazar su estructura, pero los méritos son más que eso. En la pantalla se aprecian las nuevas posibilidades digitales aplicadas por el cine de James Bond, éste diferente y a su vez el mismo, convencional y arriesgado, usuario de tecnología y atletismo.
El reto de la renovación para eludir la sentencia de morir en el intento, abre nuevas y mejores expectativas al arte industrializado: el Cine.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
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